Los que
me conocéis o seguís mis artículos en este modesto cuaderno de bitácora sabéis
de sobra que no me suelo prodigar en piropos, elogios o peloteos varios. Más bien
suelo criticar, machacar y hasta insultar a diestro y siniestro. De ahí mi tuit
fijado en el perfil, que reza: “Más vale ser resabiado que resabido”. Debido a
mi edad, mi formación y mi cultura ((limitada, pero obviamente superior a la
media) no suelo ir de resabido, es decir, de sabelotodo, pero sin lugar a dudas
tengo una parte de resabiado: no soy un jovenzuelo (aunque lo parezca), perdí mi
ingenuidad hace tiempo y las cosas las veo venir a distancia y con mucha
anticipación. Por ello estoy sorprendiéndome a mí mismo escribiendo estas
líneas.
¡Voy a
elogiar algo! ¿Quién lo iba a decir a estas alturas de mi vida?
Pues sí.
He pasado la última semana en un seminario para managers organizado por mi
empresa, una más de las múltiples y variadas “formaciones” que he recibido en mis
27 años de carrera profesional, y creo que por primera vez (y sin que sirva de
precedente), he vuelto con la sensación de haber aprendido algo, sin afán ni
intención de criticar a nadie y con la ilusión de ver que nunca es tarde para
aprender, para ser modesto y para romper una lanza a favor de los responsables
de esta sesión formativa y sobre todo de las personas que dedicaron su tiempo a
intentar abrirnos los ojos, enseñarnos algo nuevo y apoyarnos en nuestro
quehacer diario.
Por
razones obvias no voy a detallar ni las lecciones aprendidas, ni las dinámicas
utilizadas, y menos aún el nombre de los diferentes instructores que durante 4
días hicieron todo lo posible para darle valor añadido a unas jornadas que normalmente
suelo juzgar como simples, infantiles, superficiales y carentes de valor. Desconfiado
como soy, y como estudioso de cualquier tendencia actual, amén de haber tenido
familiares psicólogos, haber cursado estudios universitarios, poseer una base
cultural amplia por haberme formado en un entorno multicultural (debido a ser
medio español y medio alemán) y ser un ávido lector de libros, diarios y
revistas en varios idiomas, es muy raro (por insólito, no por que no exista) que
algo o alguien sea capaz de enseñarme algo y ante el que tenga que quitarme el
sombrero y decir “chapeau”.
Pero
así ha sido. Y me alegro mucho. Después de tantos años, con formaciones y
cursos de todo tipo, desde “Habilidades Directivas”, pasando por “Comunicación
Objetiva”, “Gestión de equipos”, “Marketing de Servicios” y muchos otros
seminarios y “titulitos” que en el fondo me entraban por una oreja y me salían
por la otra, algo bueno me ha pasado. De golpe y porrazo me he encontrado con
una formación impartida por una persona altamente capacitada, elegante,
profesional, con un más que amplio bagaje de formación (y asumo que de cultura), experiencia y
mano izquierda dignas de mencionar. Y si a ello sumamos las demás actividades
del evento (buenas y valiosas en su mayoría) y el haber conocido en profundidad
a muchas personas que solamente había visto de lejos o que desconocía por
completo, no me queda mucho más que dar las gracias.
Viendo nuestra
triste, acabada, ingenua e inculta sociedad, en la que predominan la
chabacanería, la basura, la superficialidad, la falta de intelecto, el
materialismo, el egoísmo y la absoluta carencia de valores, algo como lo vivido
en estos últimos días es como mínimo de agradecer.
Y si lo comparamos con las tendencias y gilipolleces
de moda, las seudociencias, las terapias del tres al cuarto, la moda de la
autoayuda, desvaríos como el Reiki, los miles de “profesionales” del “coaching” que en muchos
casos no saben ni lo que significa la propia palabra “coach”, el intrusismo y
la formación no reglada que permite a cualquier charlatán arrogarse unas
supuestas capacidades docentes o ejemplares de las que suele carecer, pues qué
queréis que os diga.
También existen personas preparadas, metodologías
interesantes y enseñanzas nuevas que aportan valor a tu vida.
Como el seminario New Way impartido en mi actual empresa, Sopra Steria.
Como el seminario New Way impartido en mi actual empresa, Sopra Steria.
Nunca
es tarde para aprender. Ni para bajarse del pedestal.
Gracias a todos que lo
habéis hecho posible.
En especial a Esther.
"Some people want it to happen, some wish it would happen, others make it happen." Michel Jordan
ResponderEliminarJose Goñi