Me
imagino que en la vida debe de haber pocas cosas que produzcan más alegría que
el nacimiento de un hijo. Y aunque por circunstancias varias, o por decisión
divina, no he podido disfrutar de este mágico momento, parte intrínseca de la
vida de un ser humano y base fundamental y necesaria de nuestra existencia (por
mucho que las abortistas sigan segando vidas a diestro y siniestro alentadas
por una sociedad deshumanizada, una completa pérdida de valores, una carencia
de ética y unos políticos complacientes y mentirosos), si que he sido partícipe
de este mágico momento con mi hermano, mi prima y algunos amigos.
Y para alegría de su para mi tan
querida familia, ayer vio la luz el pequeño vástago de Rebeca y Chus, un nuevo
mini Alex que viene a llenar el vacío que dejaron su abuelo y su tío, a los
cuales no conocerá en persona pero sin lugar a dudas aprenderá a querer y
recordar gracias a las mil y una historias que tanto su familia como sus amigos
le contaremos durante su vida.
Ha
llegado al mundo un nuevo miembro de la familia Ramiro Guijarro, con un pan
bajo el brazo en forma de 6 goles como 6 soles que ayer le endosó el Real
Madrid al Galatasaray, sin lugar a dudas un signo positivo para acompañar este
mágico momento. Y con ello no quiero de ninguna manera influir en las futuras
aficiones o afinidades de mi nuevo mini amigo, él mismo decidirá en su momento
si se hace seguidor del Real Madrid, del Castilla o del RCD Español. O de los
3.
Y puestos a darle la bienvenida
a Alex a este mundo tan convulso, no voy a detallarle aún todo lo malo que va a
encontrarse…, hay suficiente tiempo por
delante mientras vaya creciendo, viviendo, riendo, jugando, aprendiendo,
comprendiendo, juzgando y sintiendo,
para que los males que achacan en estos momentos a nuestra sociedad, y
en especial a nuestra querida España en cuya capital ha ido a nacer, se vayan
diluyendo como nubes bajo un fuerte viento, viento de alegría que hoy más que nunca sopla en
nuestra tierra y en nuestros corazones anunciando la buena nueva y diciéndole
al pequeño Alex y a sus padres que aquí estamos, para acompañarle en su camino,
que sin lugar a dudas estará plagado de felicidad y alegría, teniendo en
cuenta la genial familia a la que ha ido
a parar.
Bienvenido
Alex y muchas felicidades a los papis Chus y Rebe y al resto de la familia.
Luego
os veo.
Felicidades, Ernesto.
ResponderEliminarLos niños son una bendición.
Un saludo.