El
presidente de la comunidad autónoma catalana, jurídicamente parte de la nación
española (e históricamente, por cierto, un Condado perteneciente a la Corona de
Aragón) Artur Mas, aboga por un referéndum ante la “fatiga mutua entre Cataluña
y España”. De entrada, una mentira. No
existe ningún tipo de fatiga mutua entre los ciudadanos de a pie de Cataluña y del
resto España, lo que existe es una lucha sin tregua entre los políticos y los
lobbies que manejan los hilos a un lado y al otro de esa nueva frontera, inventada en ciento y pocos años de nacionalismo, y que está a punto de cristalizar en nuevas
aduanas y casas de cambio de moneda en Alcarrás, Ulldecona, Calaceite y Pont de Suert,
por mantener sus privilegios y sus pingües beneficios.
Todos
ellos, los políticos de un signo u otro, los grandes banqueros y empresarios, y los ideólogos inventores de mitos milenarios
sacados de la chistera cual conejo en un “Hat Trick” , al mejor estilo de
Tolkien o C.S. Lewis, están viendo
las orejas al lobo al empezar a escasear esas “pelas” que tanta importancia
tienen en cualquier nacionalismo.
Que nadie se deje llevar por las engatusadoras
palabras del demagogo de turno, por las leyendas fabricadas con alguna copa de
más por historiadores de mente atrofiada, por la educación manipulada desde su raíz
en colegios, centros excursionistas, agrupaciones folclóricas o clubes deportivos
o por la repetitiva insistencia en un enfrentamiento inexistente por parte de
los medios de comunicación afines.
El
nacionalismo, no por definición sino por demostración histórica, no es más que
una confabulación de unos cuantos listillos para sacar provecho a un
enfrentamiento regional en aras de obtener privilegios para esa su minoría
dirigente. Y estando revuelto el río
como lo está ahora toda Europa, y parte del universo, por culpa de la mala gestión
política y económica de una Unión Europea que ha fracasado, y una economía del “quick
win”, léase pelotazo, de las grandes corporaciones financieras, que ha llevado
a la ruina a la mayoría de la sociedad, que mejor momento para pescar en ese
rio más revuelto que los sentimientos de CR7 y arañar un poquito más de esos
diezmos, hoy en día en forma de euros, que tanto satisfacen a las clases
improductivas pero dominantes.
Tantos
años de civilización, de evolución, no han conseguido acabar con ese sistema
feudal que subyace a cualquier organización societaria: por mucho que se haya
avanzado con la presunta democracia (según algunos, entre los que no me
incluyo), con el estado social y de derecho, con la igualdad de oportunidades, con
la libertad (¿Qué libertad, por cierto?), al final todo sigue igual:
el listo que no trabaja y se enriquece a base de subyugar y dominar a una masa alelada que se cree a pies juntillas lo que el “señor” le diga. Ya sea el Obispo de Roma, el General Mostachón, el Compte de Viladeconills, el líder obrero liberticida, el ladronzuelo sindical o el Molt Honorable President de la Generalitat.
el listo que no trabaja y se enriquece a base de subyugar y dominar a una masa alelada que se cree a pies juntillas lo que el “señor” le diga. Ya sea el Obispo de Roma, el General Mostachón, el Compte de Viladeconills, el líder obrero liberticida, el ladronzuelo sindical o el Molt Honorable President de la Generalitat.
Y como
por desgracia el nivel cultural de las ovejas, sean churras o merinas, es tan bajo como han
querido que sea los que manejan el cotarro, pues a chantajear un poquito más
(por Mas), a jugar con los nobles sentimientos de las berreantes masas, que en su desconocimiento inducido asocian todos
sus males al maléfico enemigo de turno que les han ido metiendo en su gran (pero vacía) cabezota a base de leyendas, manipulaciones y medias verdades, convirtiendo
al vecino del quinto en el hombre del saco que les explota, les arruina, les
roba el idioma, les viola a sus mujeres en la noche de boda rememorando el
derecho de pernada (muy español, claro está), y les deja sin ganar la Liga de
Fútbol, y a seguir el refranero y lo de “Barcelona (Independencia) és bona si
la bossa sona.”
En este
caso hablar de secesión es bueno para poder apretar las clavijas al gobierno y
sacar unas “pelas”.
Nada más hay detrás
de todo esto.
Que de
esas “pelas”, tan amadas por los catalanes (hasta el punto que el origen de
la peseta es su propia región), ya no quedan muchas, después de quedarse todas
ellas por el camino de la comisión institucionalizada (esos diezmos revividos),
de la financiación de iniciativas absurdas y embajadas superfluas y del mantenimiento de los incontables medios
del “Gran Germà (CCRTV)” para atontar al "ramát" y engañarles con la nunca
pretendida independencia de España.
Pero
como bien decimos en mi tierra, “S'atrapa abans a un mentider que a un coix”,
por lo que simplemente pidamos un poquito de referéndum.
Con
luz, con taquígrafos y con paridad en la aparición en los medios públicos y en
los subvencionados.
Con
libertad. Referéndum YA.
De estos piratas poco puedes esperar, Ernesto.
ResponderEliminarEl otro día, el líder de IU en Cataluña, don Joan Herrera, se preguntaba nervioso qué pasaría si, tras celebrarse el referéndum, no se alcanzaba "una cifra aceptable".
Pues nada, amigo... se añaden unos pocos de votos de algún difunto nacionalista, y listo.
Mayoría holgada.
Ya se pueden repartir el pastel con (más) libertad.
Un saludo.
El único problema de esos referendos es que se repiten cíclicamente hasta que sale lo que sus promotores quieren, momento en el cual dejan de celebrarse.
ResponderEliminarQue suerte tienes tú, podrás entrar en Cataluña en lo alto de un tanque, nosotros prepararemos la quinta columna.
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