Estamos
a escasas 48 horas de celebrar, un año más, la “Fiesta Nacional de España y Día
de la Hispanidad”, denominada en los demás idiomas de nuestra patria Festa Nacional
d'Espanya, en catalán y en valenciano, Festa Nacional de España en gallego; Espainiako
Jai Nazionala, en vascuence y Hèsta Nacionau d'Espanha, en aranés.
No se
trata de una fiesta facha, de derechas, ni de una fiesta centralista, de la
gente de Madrit, como gusta pronunciarse en Cataluña el nombre de la capital,
ni menos aún de una imposición de una fuerza colonial sobre regiones conquistadas a
sangre y fuego por los enemigos españoles. Se trata simple y llanamente de celebrar
nuestra pertenencia a una milenaria nación en un día tan simbólico como es el
12 de Octubre, día en el que en el lejano año del señor de 1492 un marinero
andaluz, Rodrigo de Triana, gritó “¡Tierra a la vista!”, hecho que cambio la
historia de toda la humanidad y que contribuyó al crecimiento del Imperio Español
y de toda la civilización occidental.
Milenaria nación forjada a base de conquistas y de reconquistas, de uniones y separaciones, de reyes y presidentes, de generales y parlamentarios, de héroes y de mártires, pero, al fin y al cabo, patria nuestra en la que hemos nacido y a la que pertenecemos todos y cada uno de los andaluces, murcianos, vascos, catalanes, gallegos, extremeños, madrileños, castellanos, leoneses, navarros, riojanos, ceutíes, melillenses, canarios, valencianos, mallorquines y asturianos. Y hasta aquí llego con las lecciones de historia.
No es lugar
ni momento para entrar en largas y tediosas discusiones sobre la conquista del
Nuevo Mundo, sobre la leyenda negra vertida sobre España por el mundo
anglosajón, sobre el franquismo y su utilización del concepto de España como
opresor de la libertad de los ciudadanos españoles y como unificador forzoso y
forzado de ideas y sentimientos diversos,
o sobre pretendidas nacionalidades históricas
previas a la común, historias estas en la mayoría de los casos inventadas y
tergiversadas por una minoría que simplemente busca su propio provecho. Para discutir sobre estos temas, que son
historia y por lo tanto, pasado, hay
mejores foros y momentos más apropiados.
Hoy
toca hablar de presente y sobre todo de futuro.
Toca
hablar de una nación que, en pleno Siglo XXI, pertenece a un ente superior, llamado Unión Europea, en el que tenemos que
defendernos panza arriba para no ser arrollados por los intereses de las grandes
potencias del continente para no convertirnos en siervos del primer mundo.
Toca
hablar de una nación que tiene que liberarse del yugo de los partidos políticos
y sus intereses, que nunca coinciden con el bien común por la propia definición
contra-natura de un partido político.
Toca hablar de una nación que tiene que deshacerse de los separatistas, que lo son por puro interés económico, y de los separadores que lo son por puro desconocimiento de la realidad de una España grande y plural.
Toca hablar de una nación que tiene que deshacerse de los separatistas, que lo son por puro interés económico, y de los separadores que lo son por puro desconocimiento de la realidad de una España grande y plural.
Toca
hablar de una nación que tiene que recuperar la senda de la seriedad, del
trabajo, del esfuerzo, de la ejemplaridad, de la cultura y de la valentía;
todos ellos rasgos de nuestra nación que fue forjada con el esfuerzo de ilustres
personajes: escritores, guerreros, pensadores, filósofos y hasta grandes reyes
y militares.
Toca
hablar de nuestra España real, de una España en crisis, de una España a la que
le sobran muchas garrapatas y vividores y a la que le faltan líderes reales,
sinceros, entregados a una causa común.
Toca
hablar de una nación venida a menos por la incultura de la mayoría, alelada por
medios de comunicación de intereses oscuros y esclavizadores; hundida por el
pelotazo de constructores y banqueros; y arruinada por los gastos superfluos de nuestras
administraciones, con funciones duplicadas y multiplicadas por ene regiones y una legión de asesores amigos improductivos.
Toca
hablar de una nación en manos de “sectas”, “mafias” o “castas” que simplemente
persiguen su propio beneficio y supervivencia, sin tener en cuenta a la
ciudadanía y sus necesidades reales.
Toca
hablar de una España con ciudadanos que aporten valor frente a los vividores
del valor añadido cero.
Toca
hablar de la España real, de ti, de tus hijos y de tus futuros nietos.
Toca proclamar
a los cuatro vientos que somos Españoles, con mayúsculas, herederos de una historia;
y hacer llegar nuestros cánticos orgullosos a todos los rincones de nuestra
amada Piel de Toro, en catalán, en castellano, en vascuence,en gallego o en aranés, es
decir, en un idioma español.
Dentro
de 48 horas toca España. Toca 12 de Octubre. Nos toca a todos.
España es tan grande que no cabe en las seseras de los nazimbéciles, que quisieran tener un país con la centésima parte de la cultura y riqueza social e histórica sin comprender que ellos mismos ya tienen ese potencial al compartir Historia, cultura e idioma. Viva España.
ResponderEliminarUn saludazo.