Busco un
centro de gravedad permanente
que no
varíe lo que ahora pienso
de las
cosas, de la gente,
yo necesito un
centro di gravità
permanente
che non mi faccia
mai cambiare idea
sulle
cose, sulla gente.
Over and
over again.
Cuando el bueno
de Franco Battiato publicó esta canción, en el año 1981 del siglo pasado, nuestra
querida Cataluña ya tenía al lobo en casa. Desde el fatídico 25 de octubre de
1979, día en el que las inocentes y ciegas ovejas catalanas aprobaron el
Estatuto de Sau con un 88,15% de los votos (eso sí, con una participación que
no llegó al 60%), hasta hoy, año del señor de 2017, la mentira, la manipulación
y la expoliación han regido en nuestra región, sin que nada ni nadie lo haya
impedido, o peor aún, lo haya querido impedir.
Y cuando, en octubre
de 1979, un hombre nefasto, que se llama Jordi Pujol i Soley, accedió al cargo
de President de la Generalitat, dejó de ser la verdad política una entidad
permanente. Y no solo la verdad política: también la economía y la historia
pasaron a ser simples herramientas de manipulación y explotación del pueblo
catalán, y por ende español, en manos de una clase dirigente que ni George Orwell
hubiera sido capaz de imaginar.
Hablamos pues de
38 años, TREINTA Y OCHO, dos más de lo que duró la tan manida (y tergiversada y
vilipendiada) “dictadura” de Francisco Franco. Atención: aquí no estoy
defendiendo el régimen anterior. ¡Válgame Dios, no vayan a llamarme facha! Simplemente
lo he dejado caer para que algunos abran los ojos, se los froten un par de
veces y se den cuenta del tiempo que llevamos viviendo bajo un régimen tóxico, falso,
manipulador, reaccionario, intolerante, racista, clasista y, sobre todo, anticatalán.
Cuando en ese fatídico
año 1979 una parte del pueblo de Cataluña cometió la torpeza de dejar en manos
de los “nazionalistos” el destino de una de las regiones más prósperas y trabajadoras
de España, el suicidio colectivo fue un hecho, y el camino quedó libre de obstáculos
para que unas cuantas familias de la burguesía catalana tomaran las riendas de
nuestra tierra e iniciaran la explotación sistemática de la población,
disfrazando todo ello con rebuscadas leyendas, una historia manipulada, bancos opacos,
herencias inexistentes, palabras huecas, banderas inventadas o partidistas,
clubes de fútbol utilizados, himnos sensibleros, bailes regionales rescatados
del olvido y demás estrategias de manipulación tan clásicas en cualquier
dictadura.
Las prisas que se
dieron en conseguir las competencias en educación y en crear un monstruo de la
comunicación como la CCRTV (la empresa matriz de TV3%) tenían un claro
objetivo: lavar el cerebro a las generaciones del presente y del futuro. A las
del presente con un bombardeo continuo de mentiras y medias verdades,
remarcando a cada segundo la maldad de los de “fuera” (sobre todo de Madrid como
símbolo de España), y a las proles del futuro con un sistema educativo sin
rigor, tergiversador de la historia hasta límites insospechables.
No voy a seguir
describiendo estos terribles 38 años. No creo que haga falta. Ahí están las
hemerotecas, los estudios, los libros, las sentencias judiciales, el listado de
corruptos, encausados y presos por regiones, en definitiva, la desgraciada historia
de Cataluña. Saltaré directamente a nuestros días.
A hoy, 3 de octubre de 2017, dos días después del enésimo golpe de estado separatista. Un golpe de estado que la bien engrasada maquinaria de la dictadura nazionalista ha sido capaz de vender al dócil y sometido pueblo catalán como un referéndum hacia la libertad, y a algunos medios extranjeros como si hubiera sido una petición real y mayoritaria de una población que sufre un durísimo calvario bajo el yugo explotador de España.
¿Catalanes, cómo podéis ser tan ingenuos?
¿En una sociedad
tan global, conectada, con un acceso ilimitado a todos los medios del mundo, a
los libros de historia, a hemerotecas, a universidades…no sois capaces de investigar
un poco, de utilizar vuestro intelecto, de analizar lo que os dicen antes de
creeros todo a pie juntillas cual niños de primaria?
Amigos míos,
familiares, ex-familiares, conocidos: cuántos de vosotros habéis caído ya bajo los
influjos de la burundanga nazionalista y estáis realmente convencidos de lo que
predican los mangantes nacionalistas.
¿Cómo puede ser que no veáis lo que está pasando, lo que traman en sus pérfidas mentes los dirigentes actuales?
Sois simplemente
la carne de cañón, las ovejas que utiliza el lobo disfrazado de pastor para
seguir llenando sus bolsillos a costa vuestra. O, si no puede seguir
llenándolos porque dentro de unos meses se
acaba el secreto bancario en Andorra, por lo menos mantener lo que ya ha
arramblado en estos negros 38 años de falsa libertad, de haceros “somiar
truites” mientras se llevan vuestro dinero ganado a pulso con sangre, sudor y lágrimas,
para llenar sus inmensas y malolientes arcas.
Imputados por corrupción por regiones |
Como hicieron
antes sus padres, abuelos y bisabuelos. Traficando con esclavos en épocas
pasadas, vendiéndose al mejor postor a cambio de valiosas competencias posteriormente
y directamente robando a destajo en los últimos años a base de comisiones,
desfalcos y demás latrocinios.
Desafiando a la justicia,
a la razón, utilizando todos los resortes del poder para ocultar la vergonzosa
realidad.
Enviando sin
miramientos al matadero legal a ciudadanos, profesores, policías, funcionarios
y políticos subordinados. Riéndose a vuestras espaldas mientras cuentan sus
doblones en paraísos fiscales.
¡Catalanes, despertad!
¡Entrad en
batalla al grito de “Desperta Ferro”
como hicieron en épocas gloriosas los almogávares!
¡Entrad a
degüello, liberaos de la dictadura nacionalista, sed catalanes, españoles y
europeos de verdad, sed libres!
Vivo en un
estado de mendacidad permanente
que no
varíe lo que ahora tengo
de las
cosas, de la gente,
yo necesito un
centro di falsità permanente
che non mi faccia
mai cambiare idea
sulle
cose, sulla gente.
Over and over again.
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