martes, 30 de noviembre de 2004

Catalonia is not Spain
José García Domínguez en Libertad Digital 30-11-2004


Catalonia is not Spain, aunque se parece mucho, muchísimo. De ahí que Joan Laporta no haya albergado reparo alguno al colocar en la Ejecutiva del club que es más que un club a su cuñado Echevarría, que también es más que un cuñado, ya que ejerce de patrón honorífico de la Fundación Francisco Franco.

Catalonia is not Spain. Lo gritan los adolescentes letraheridos que acaban de descubrir su identidad patria en la poesía mística del gran Salvador Espriu. "Yo soy dos, y estoy en cada uno de los dos al completo", confesaba otro místico, San Agustín. Igual que el rapsoda de la nació catalana, que padecía similar esquizofrenia. Así, fue el hijo dolido que diera forma de epigrama al lamento por la crueldad de esa madrastra ruin llamada España; y al tiempo, el protegido de su hermano amadísimo, el camarada don José Espriu Castelló, secretario general del SEU en Cataluña y Baleares, jerarca entusiasta de la Falange barcelonesa, y martillo de liberales y anglófilos en los años cuarenta. Y es que, como el Barça, como todo en Cataluña, los Espriu también son más que un club.

Catalonia is not Spain. Lo dicen ahora los comunistas locales que aprendieran los rudimentos del odio a la libertad en los libros de otro camarada, el gran filósofo marxista Manuel Sacristán Luzón. El camarada Sacristán, el mismo que ya ejercía, en 1941, de camarada –jefe de la centuria "Roger de Flor" en el Frente de Juventudes; el que, después, se tornaría en implacable camarada– inquisidor de herejías desviacionistas en el PSUC. Eso ocurriría cuando controlaba el partido el camarada Rafael Ribó, el amigo, pariente y tertuliano de Tomás Garicano Goñi, camarada-ministro de Gobernación de Franco en la época.

Catalonia is not Spain. Lo repiten sin parar esos jóvenes cachorros de CiU que desayunan todas las mañanas con un croissant y La Vanguardia desde los tiempos en que Horacio Sáez Guerrero dirigía el periódico. Sí, el catalanista Sáez Guerrero, aquel que en el esplendor de Hitler fuera modélico empleado de la agencia nazi de noticias Transocean. Catalonia is not Spain. Es lo que predica en la Universidad la secta de historiadores discípulos de Vicens Vives que controla con mano de hierro todas las cátedras de la región. Sí, los legatarios de Vicens Vives, el gran redescubridor de la esencia nacional catalana; y el que además escribió una biografía de Franco en la que se puede leer: "El Generalísimo Franco ha vencido a todas las satánicas fuerzas de la revolución". El Vives, Vicens, que, glosando el fusilamiento de José Antonio, redactara emocionado: "Apenas amanecía y el último pálpito de su carne se estremeció con el presentimiento de la Victoria".

Catalonia is not Spain. Lo brama hoy el hijo del guardia civil. Y tal vez sea not Spain, pero lo cierto es que se le parece mucho, muchísimo. Incluso más que Getafe.

miércoles, 24 de noviembre de 2004

Carta abierta a Anasagasti
Pío Moa en Libertad Digital 24/11/2004

"el mismo derecho que tiene usted a expresarse, lo tenemos los demás, y a poner en evidencia sus argucias "

Ha propuesto usted "cancelar" el Valle de los Caídos y trasladar los restos mortales de Franco a un cementerio particular. Porque, dice usted, "en el siglo XXI " no debería existir un monumento "a una de las partes de la contienda" donde está enterrado "el máximo responsable de aquella barbarie", "un general golpista" que ocasionó "centenares de miles de muertos, heridos, exiliados y encarcelados por el único delito de defender la legalidad constitucional vigente". Y compara usted a Franco con Hitler y Mussolini.

Estas frases suenan por lo menos extrañas en un representante del PNV. Porque, usted, como sabiniano típico, recordará que una parte de su partido se alineó directamente con el "responsable de la barbarie". Desde luego, la parte mayor prefirió al bando que, según usted, defendía la legalidad. Pero, como usted también sabe perfectamente, el PNV procedió bien pronto a traicionar a ese bando entendiéndose a espaldas de él con Mussolini y con Franco. Usted, señor Anasagasti, sabe que su partido entregó intacta a aquellos "bárbaros" la industria pesada y de armamentos de Vizcaya impidiendo los intentos de sus aliados izquierdistas de destruirla. Una industria, que sirvió de modo extraordinario al esfuerzo de guerra de los causantes –dice usted– de "centenares de miles de muertos, heridos, exiliados y encarcelados". Y no olvidará nadie, porque está ampliamente escrito y descrito, cómo su partido, no contento con hacer tal servicio al mayor responsable de la barbarie, le ofreció la mejor vía de ataque para destruir a los "defensores de la legalidad", vía que de paso dejaba oculta la traición del propio PNV.

Esto no son opiniones, señor Anasagasti, sino hechos plenamente demostrados, entre otros por testimonios de los propios nacionalistas, como el padre Onaindía. No se explica bien cómo un partido que saboteó en tal grado a los "defensores de la legalidad" y favoreció en igual medida a los equivalentes de Hitler, como usted los define, puede venir ahora con semejantes letanías. ¿Es caradura insuperable, o acaso chifladura? ¿O cree usted que casi setenta años después, "en el siglo XXI", resulta aceptable cambiar la historia por una historieta? Extraña filosofía, aunque no del todo incoherente con la conducta del PNV entonces. Una traición pretende tapar a otra.

Por otra parte hacer de Franco "el máximo responsable de aquella barbarie" exige un poco más de análisis. Usted sabe que en octubre de 1934 se rebelaron casi todas las izquierdas contra la legalidad republicana, contra un gobierno legítimo y democrático. Trataban deliberadamente de iniciar la guerra civil, y la iniciaron, y en esa rebelión desempeñó el PNV un papel por lo menos turbio. Ha olvidado usted este suceso trascendental, con 1.400 muertos en dos semanas y bastante incidencia en las Vascongadas. Como ha olvidado que en aquella ocasión Franco defendió la legalidad constitucional y ayudó a frustrar la intentona.

¿Qué pasó, pues, para que, en 1936, las derechas que defendieron la legalidad en el 34 se rebelaran a su vez? Pues pasó que tras las elecciones de febrero del 36 la legalidad y las reglas del juego democrático se vinieron abajo, conculcadas sistemáticamente por las izquierdas desde el poder y desde la calle. No lo ignoraba el órgano del PNV, Euzkadi cuando clamaba: "Nos alcanza en todas partes la descomposición del Estado español, estrago inmenso de su organización social, batida por la inmoralidad y la anarquía"; o hablaba de "las convulsiones epilépticas de un pueblo moribundo" (el español), en "momentos históricos de gravedad no igualada". El PNV sabía bien lo que ocurría y quiénes eran los responsables: los mismos que se habían alzado contra la "legalidad vigente" en 1934 y que año y medio después, dueños del estado y de la calle, volvían a hacerla trizas.

¿Por qué, entonces, terminó aliándose su partido, señor Anasagasti, con los responsables evidentes de aquella situación; por qué, siendo católico, apoyó a quienes exterminaban sangrientamente a la Iglesia, mostró tal insolidaridad con las víctimas y rechazó las ofertas de las derechas sublevadas? Sólo encuentro una explicación, y está en las ideas de Sabino Arana, el Maestro de su partido, tan imbuidas en sus adeptos. Ideas como ésta: "Si a esta nación latina (España) la viéramos despedazada por una conflagración interna o una guerra internacional, nosotros lo celebraríamos con fruición y verdadero júbilo, así como pesaría sobre nosotros como la mayor de las desdichas el que España prosperara y se engrandeciera". Sólo concepciones tales explican la alianza de ustedes con los revolucionarios y bajo la protección de Stalin, y también explican que los traicionaran en cuanto vieron que no triunfarían.

¿No tenemos derecho a sorprendernos, señor Anasagasti, de que exalte usted a los supuestos "defensores de la legalidad" en el pasado mientras en el presente su partido está volcado en una campaña contra la Constitución? ¿Pueden pretender una reforma razonable de la Constitución partidos como el suyo, que ha reducido a tan poco la democracia en las Vascongadas, donde buena parte de la oposición tiene que ir protegida contra asesinos nacionalistas, donde la policía autonómica no casi persigue al terrorismo, donde tantas normas constitucionales, empezando por símbolos como la bandera nacional, son conculcados cada día por su partido…? Sus propuestas tienen todo el aire de una provocación.

Y hay otra falsedad en su argumento señor Anasagasti: el Valle de los Caídos no está dedicado sólo a uno de los bandos. Fue concebido para conmemorar la victoria sobre la revolución (¿o cree usted que no hubo revolución?) y como emblema de reconciliación: allí no descansan los restos de soldados de una sola parte, sino de las dos. Descansan, es cierto, bajo una gran cruz, y esa reconciliación no podía ser aceptada por quienes detestaban la cruz y veían en la Iglesia una institución y unas personas a exterminar, y que siguen intentando erradicarla de la vida y la cultura españolas. Usted se está sumando a ellos, señor Anasagasti, y con su sectarismo, provocación y falsificación de la historia, está conjurando otra vez los fantasmas del pasado.
Desde luego, tiene usted derecho a pensar y expresarse como lo hace: se lo garantiza la democracia española que su partido está arruinando en las Vascongadas, donde expresarse puede resultar muy peligroso. Yo quisiera que los asuntos mencionados en esta carta no tuvieran a estas alturas más tratamiento que el académico y no afectaran a la política actual. Pero usted, como otros, se obstina en el revanchismo, echando por tierra el acuerdo de no utilizar el pasado como arma arrojadiza en la política de ahora. Acuerdo que permitió una transición bastante calmada a las libertades políticas, cuyos frutos están ustedes poniendo en riesgo ahora. Pero el mismo derecho que tiene usted a expresarse, lo tenemos los demás, y a poner en evidencia sus argucias. También con la esperanza, aunque cada vez más remota, de hacerles a ustedes conscientes de su responsabilidad en la escabrosa senda que han emprendido.

lunes, 15 de noviembre de 2004

"Mi conciencia vale más que un puesto en la Comisión Europea"
Rocco Buttiglione Ministro italiano de Asuntos Europeos

Entrevista en la Tarde de Cristina de la Cadena Cope del día 12 de Noviembre de 2004

Tras tener que renunciar a ser comisario europeo por su ideas sobre la mujer y la homosexualidad, Buttiglione ha vuelto a Italia para continuar como ministro y defender su derecho a ser fiel a sus principios. El responsable italiano de Asuntos Europeos se defiende de las críticas de estas últimas semanas: «Yo dije lo mínimo de lo mínimo que podía decir sin traicionar mi fe; quizás no soy un católico muy valiente. Pero no fue suficiente».

Madrid- El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, eligió a Rocco Buttiglione para ser el representante de su país en la Comisión Europea presidida por el portugués Durao Barroso. Sin embargo, el rechazo del Parlamento Europeo a su candidatura por sus declaraciones contra los homosexuales y las mujeres le obligaron a dimitir varias semanas más tardes como futuro comisario europeo de Justicia y Libertades Públicas. A continuación reproducimos la entrevista que realizó la periodista Cristina López Schlichting el pasado viernes en la Cadena Cope.
¿Cómo se encuentra después de que usted haya sido rechazado como comisario de la UE a raíz de sus declaraciones?
– Bien. Yo quería ser comisario europeo porque creo que podía hacerlo bien y siempre he sido europeísta, pero en la vida hay cosas más importantes que la UE, y la conciencia es una de esas cosas. Me pusieron en la necesidad de escoger entre mi puesto en la Comisión y mi conciencia, y creo que mi elección ha sido la justa. A Jerzy Popielusco lo mataron por su fe, yo he perdido sólo un puesto en la Comisión Europea; no sé si Dios me hubiera dado fuerza suficiente para dar mi cabeza por mi fe, pero sí para dar un puesto en la Comisión Europea.
Se dice que usted no ha sido discriminado por ser cristiano sino por atacar a los homosexuales. ¿Qué dijo usted exactamente con respecto a los homosexuales?
– En primer lugar, yo no quería decir nada. Me preguntaron si yo creía que la homosexualidad es pecado, y yo intenté no contestar, porque esa es una cuestión que no tiene trascendencia política y no se discute en el Parlamento Europeo, sino en un seminario filosófico o teológico. Y no contesté. Dije que era posible que yo pensara que la homosexualidad es un pecado, pero que eso no tiene ningún efecto político, porque yo estoy a favor de la no discriminación. Hay muchas cosas que pueden ser moralmente malas pero que están en la libertad de la persona, y no se puede obligar a la persona a actuar de forma contraria. Es decir, yo dije lo mínimo de lo mínimo que podía decir sin traicionar mi fe; quizás no soy un católico muy valiente, porque dije lo mínimo, pero no fue suficiente. Ellos querían que yo dijera que la homosexualidad no tiene ningún efecto moral negativo, y eso es una violación de la conciencia.
¿Usted ha dado a entender que por el hecho de ser homosexual alguien tiene que ser discriminado o tratado de forma diferente?
– No, nunca. En Italia todo el mundo sabe que yo era un gran amigo del escritor Giovanni Testori, que era homosexual. Él creía que era un pecador, pero siempre me decía que yo también lo era en otros sentidos. Y eso es verdad. Pensar que la homosexualidad es un pecado no significa creerse superior a los homosexuales. Es posible que yo sea más pecador en otros aspectos y, en realidad, todos los hombres somos pecadores.
Quería preguntarle también por unas declaraciones en las que, al parecer, usted discriminaba a las madres solteras. ¿Fue así?
– Eso es bastante ridículo. Yo hablé en una conferencia sobre política exterior sobre el libro de Robert Kagan, en el que dice que los europeos son hijos de Venus y los estadounidenses son hijo de Marte porque los primeros creen en el poder de la cultura y los segundos en el poder de las armas. Y yo dije, siguiendo con el ejemplo: «pobrecita Venus, sola con sus hijos, no es buena madre. ¿Por qué no se casa con Marte?». Creo que el significado era claro. Necesitamos una relación más intensa con EE UU y una sociedad necesita el poder de la cultura y el poder militar. Eso fue lo que dije, pero al día siguiente los periodistas dijeron que yo estaba contra las madres solteras, cuando todo el mundo sabe que yo siempre he defendido a todas las madres, y a las solteras también. Creo que en una época en la que es tan fácil abortar, una madre que decide tener un hijo aun sin la ayuda de un hombre es casi una heroína de nuestro tiempo. La acción de tener hijos tiene un gran valor moral. ¿Tengo la obligación de pensar que hay cierta hostilidad contra mí? ¿un complot? No sé, pero esto prueba que es posible.
También se dijo que usted tenía una concepción machista del matrimonio en la que la mujer estaba para tener hijos, y el hombre para proveerla en sus necesidades. ¿Es así?
– No. Pero piense en las madres solteras. Creo que la mayoría de las madres solteras estarían contentas de tener un hombre que hiciera la mitad de las tareas de la casa, que compartiera la responsabilidad de la educación, con quien crear una comunidad de amor. Yo creo que el matrimonio es una institución fundamental. Creo que las mujeres tienen el derecho de una actividad profesional, y también el derecho de tener hijos. Y necesitamos una política que permita a las mujeres poder ejercer esos derechos.
Usted mencionaba antes la posibilidad de un complot. ¿Qué significa eso desde el punto de vista político?
– Muchas cosas. Yo no tengo ninguna certeza. Sólo planteo preguntas. ¿Tenemos una Europa en la que Adenauer, Schuman y De Gasperi no podrían ser comisarios? Yo espero que no, que mi caso personal sea una equivocación y que en el futuro no sea así. Pero en este caso lo que ha pasado es que un cristiano ha sido excluido por su creencia religiosa, y no se ha respetado el derecho de la conciencia. Es curioso el caso de Estados Unidos. Es un país moderno en todos los campos, y sin embargo es un país más religioso. Así que no es verdad eso que dicen algunos de que el futuro exige una modernidad sin religión. Alguien dijo que George W. Bush no podría ser hoy comisario europeo. Y es cierto. Pero tampoco podría serlo Kerry, porque también él dice que en su conciencia considera negativos moralmente la homosexualidad y el aborto. Lo piensa moralmente, pero no políticamente. Así que Kerry tampoco resistiría ante una comisión como la que encontré yo.
¿Por qué han ido contra usted? Hay muchos católicos en la vida pública...
– No lo sé. Soy un buen objetivo porque se me conoce bastante como cristiano. Si se piensa en matar a uno para educar a cientos, como decían los maoístas, yo era un buen objetivo, aunque no soy un hombre muy valiente y sólo dije lo mínimo de lo mínimo para no traicionar a mi fe. En cualquier caso, la gran solidaridad que he encontrado en España, Italia, Polonia, Alemania y en otros países dice que los cristianos existen. No son una minoría sino una mayoría; quizá una mayoría desorganizada que entiende que tiene que organizarse y luchar por sus derechos. Y también me ha alegrado el apoyo de muchos no cristianos que entienden que este problema no es de valores cristianos, sino de la libertad de todos.

El Oro del Rey
Arturo Pérez Reverte
2000

"... Y de tal modo aprendí que es fácil batirse cuando están cerca los camaradas, o cuando te observan los ojos de la mujer a la que amas,dándote vigor y coraje. Lo difícil es pelear solo en la oscuridad, sin más testigo que tu honra tu conciencia. Sin premio y sin esperanza.

martes, 2 de noviembre de 2004

Valle de los Caídos

Que lo trasladen a Paracuellos
Federico Jiménez Losantos en Libertad Digital, 1 de Noviembre ed 2004

A lo mejor es la forma rubalcabiana de ayudar a Blas Piñar a poner en pie un partido de extrema derecha que le quite votos al PP, que es asunto que les obsesiona desde Jesús Gil, pero quizás sea sólo otra manifestación de incompetencia cainita Los lectores de Libertad Digital y oyentes de la COPE que participaron en la pregunta de ayer a propósito de la última ocurrencia del gran Luis Yáñez votaron por abrumadora mayoría (un 60%) que cuando el PSOE resucita la guerra civil es porque se ha quedado sin argumentos. Además, un treinta por ciento decía que antes de hablar de Franco y del Alzamiento de 1936, los del PSOE deberían empezar por pedir perdón por su golpe de Estado contra el Gobierno legítimo de la República en 1934. Y, de paso, que hagan lo mismo sus socios de ERC por el golpe de Companys, en vez de homenajearlo.

Pero la síntesis casi perfecta entre ignorancia, sectarismo e incompetencia no deja de producir noticias en el Ejecutivo zapateril. No sabemos si para disimular el fiasco de los Presupuestos o para difuminar el chantaje de Vera a González y de González a Zapatero, el Gobierno ha anunciado que piensa tomar medidas para anular o disminuir la simbología franquista del Valle de los Caídos. Al que, por cierto, no va casi nadie. A lo mejor es la forma rubalcabiana de ayudar a Blas Piñar a poner en pie un partido de extrema derecha que le quite votos al PP, que es asunto que les obsesiona desde Jesús Gil, pero quizás sea sólo otra manifestación de incompetencia cainita. Este es el peor Gobierno de la democracia, el de nivel intelectual y político más bajo, incluidos todos los de González, así que tampoco es de extrañar que se les ocurra siempre lo mismo: ganarle la guerra a Franco. Un poco tarde.

Pero si lo que les molesta es el aspecto franquista del valle de los Caídos lo que pueden hacer es trasladar la gigantesca cruz y la ciclópea base evangelística de Juan de Avalos a un lugar que conmemora la más feroz masacre del Frente Popular bajo presidencia del PSOE: Paracuellos del Jarama. Así no habría que entrar en el régimen franquista, porque los fusilamientos en masa de católicos y derechistas, incluyendo menores de edad, se perpetraron mucho antes de que Franco ganara la guerra y muchísimo antes de que se edificara el Valle de los Caídos. Hay una cruz grandota hecha con piedras blancas en el monte de Paracuellos, pero que sólo se ve por avión y que está desvaída por el tiempo y amortizada por la reconciliación nacional que, hasta que el PSOE decidió reabrir las trincheras de la guerra civil para tapar las fosas del GAL y la corrupción, era el hecho político indiscutido e indiscutible de la Transición.

Ahora bien, con la nueva documentación soviética que acredita de forma indiscutible la responsabilidad del Gobierno Largo Caballero y de Carrillo en aquella masacre, Paracuellos podría ser un buen lugar de peregrinación ciudadana y de educación política de los jóvenes. Ahí podría estudiarse la persecución de los católicos, la peor de la historia, y la auténtica realidad de la llamada “legalidad republicana”. Si después del traslado quedase dinero, Solbes puede instalar en los sótanos del Banco de España el Museo Negrín sobre el latrocinio socialista de España, desde el oro entregado a Stalin hasta las cajas particulares robadas por Prieto y trasladadas a México en el “Vita”. Y ahí podría empezar el tour de las checas de Madrid, empezando por la de Bellas Artes-Fomento y terminando en el Pardo, donde despellejaron vivo a Andreu Nin. Si hay que hablar de la Guerra Civil, hablaremos de toda la guerra civil, no sólo de lo que de ella sepa Carmen Calvo. O Zapatero, que es el auténtico responsable de esta empresa