viernes, 24 de febrero de 2023

Momentos infaustos de la humanidad

 Ser es defenderse.

(Ramiro de Maeztu).

 

Seamos claros:  todos sabemos que Stefan Zweig no incluiría a Pedro Sánchez, sus palmeros, sus actos y sus años de despropósitos, cuando no traiciones, si volviera a escribir hoy en día su magnífico “Momentos estelares de la humanidad”. Por mucho que el demente presidente por accidente afirme que está haciendo Historia, en mayúsculas. Y Zweig tampoco dedicaría capítulo alguno a von der Leyen y su mafia de Bruselas, a las histerias woke de Kamala Harris, al senil y demente Biden, a los “avances sociales” en China de la mano de Xi Jinping o a la marioneta Zelenski y la sucia guerra entre Rusia y Ucrania.
Las cosas como son: no veo a ninguno de estos personajillos, sus mentiras y desvaríos, compartiendo páginas con Cicerón, Händel o Núñez de Balboa. Por citar algunos de los protagonistas de dicha magnífica obra.
Por desgracia para todos nosotros, todos esos logros de la humanidad, pensamientos, monumentos, inventos, derechos, descubrimientos, obras artísticas o avances tecnológicos, están consumiéndose lenta pero inexorablemente en la hoguera ya no de la vanidad de unos cuantos, sino en las brasas de la estulticia, la maldad y la demencia generales. Como ya comentaba en alguna columna anterior, la kakistocracia o timocracia que nos desgobierna en Europa y en España, junto a la tan nefasta influencia de los nuevos EE. UU. más desunidos que nunca y en manos de dementes woke y sus múltiples religiones que no tienen ni pies ni cabeza (ahora que se ha acaba de publicar una nueva biografía del general Lee,  no me cabe la menor duda de que muchos estadounidenses aplaudirían con entusiasmo su resurrección), esta conjunción de imbéciles, lerdos, comunistas iletrados, narcisistas obsesionados, narcos, nacionalistas estafadores, multimillonarios globalistas tecnológicos seguidores del Gran Hermano y separatistas golpistas, están acabando con todo y con todos.
Estas últimas semanas están propiciando un reguero continuo de despropósitos, desplantes, corruptelas, incapacidades, errores legales, manipulaciones y mentiras, que da miedo pensar todo lo que nos queda por ver antes de que se acabe esta pesadilla del gobierno “frentepopulista” encabezado por un enfermo y compuesto por floreros obedientes por un lado y necesarios, por chantajistas, por el otro. Pero floreros también, que nadie piense que alguno de los ministros de cuota de Potemos está ahí por sus méritos. A no ser que la promiscuidad, la zafiedad o la incapacidad intelectual otorguen puntos para llegar a tan alto cargo. Algo que, por cierto, sí que ha quedado demostrado si bajamos al nivel de los “Secretarios de Estado”. A esa cota jerárquica tenemos, por desgracia, a la “crème de la crème” de la selección nacional de enfermos mentales, vagos y garrapatas que están destrozando nuestra Patria. Pensad en los deshechos humanos Pam o Lilith, por ejemplo. Sin comentarios.
En estos momentos tan poco estelares de la humanidad que estamos viviendo, las pesadillas ya no nos acompañan solamente de noche, sino que copan también nuestras fases de duermevela y el resto de nuestra jornada en la que estamos despiertos, aunque día sí, día también, preferiríamos volver inmediatamente a los brazos de Morfeo. Da miedo, por lo menos a aquellos que andamos preocupados por el presente y futuro de nuestra sociedad, levantarse, asearse, desayunar, abrir la prensa y ver los hechos acaecidos desde que nos acostamos la noche anterior soñando con una España mejor.


Si no es el Tito Berni repartiendo viagras, cocaína y pases para un polvo con Maruja la cachonda (con permiso de Don Joaquín Sabina, claro está, más aún cuando ha visto por fin la luz ante la inhumanidad que está acabando con todo lo que él ama y que tan bien nos ha cantado en los últimos decenios), son los contratistas de RENFE y ADIF y sus extrañas mediciones, que huelen más que a errores humanos a un sucio trueque con trenes útiles sacados de Cantabria y Asturias y regalados a Cataluña a cambio de votos; si no son la nada delgada Pam negando la mayor o la despechada Irene engañando a los delegados de la Comisión Europea, son los viajes publicitarios, los egotrips, de Pedro Sánchez a una Ucrania que una parte de su gobierno considera enemiga, encima teniendo la osadía de comparar esta guerra con la Guerra Civil española (cuando en esa triste confrontación, la ayuda internacional fue inmediata y básica, y encima el bando de Pedro el Ignorante era el contrario, era el maldito comunismo de la mano del golpismo de su propio partido, el sucio PSOE encuadrado en el frente popular, léase los amigos de Putin hoy en día); si no es Marlaska denigrando a la Guardia Civil y a los funcionarios de prisiones, son sus socios separatistas encarnados por Miriam “la de la boca  suelta” Nogueras, ofendiendo a toda una nación apartando la bandera de España en una rueda de prensa.
Y así, día tras día. ¡Qué triste y desesperante ver que un país como España, con paisajes tan maravillosos y variados, esté ocupado por un paisanaje que parece sacado de una novela de terror!
Y que encima vengan de Europa los inspectores Clouseau de turno, lo vean, y se vuelvan a casa como si nada, como si España estuviera en manos de personas cabales, preparadas, sinceras y sensatas y supiéramos con claridad que se ha hecho con los fondos de reconstrucción europeos, hasta el punto de irse casi convencidos de la bondad y corrección de las leyes del “Sí es sí”, la “ley Trans”, la “Ley de protección animal” (que como era de esperar excluye a los corderos degollados en público en la Fiesta del Sacrificio de los bárbaros invasores, no vaya a enfadarse Mohamed VI el beodo),  o de la legalidad del asalto social-comunista al Tribunal Constitucional. Porque la ligera regañina de Monika, teniendo en cuenta la gravedad del asunto, no es de recibo. Será que en el fondo obedecen a los mismos amos y todo ha sido una burda escenificación para acallar cualquier protesta, auditoría o investigación seria e imparcial. Como se diría tirando de nuestro rico refranero: bailando al son que les tocan. Mi confianza en la Comisión Europea es nula, como bien se entiende, aunque espero que en esta ocasión tomen cartas en el asunto. Por soñar que no quede.

Algo le echarían en el cacao a Monika Hohlmeier y sus colegas para que se fueran sin pedir acciones inmediatas y contundentes contra este gobierno. Quien sabe, igual el Tito Berni tiene su equivalente femenino, una Tita Conchi, para ofrecer sus servicios a las féminas, una conseguidora presta a regalar felicidad alimenticia y sexual a quien sea necesario a cambio de su cómplice y delictivo silencio.

¿Y qué podemos hacer? Pues luchar.

Como bien continúa la cita de Maeztu del inicio de mi artículo:
Todo lo que vale: la fe, la patria, la tradición, la cultura, el amor, la amistad, tiene que ser defendido, para seguir siendo.

Ser es defenderse.


Ilustraciones gentileza del artista Mr. Jones ©

 


miércoles, 1 de febrero de 2023

Ione, Irene, Pam y otras chicas con falta de RAM

Ante una pestilente kakistocracia solamente cabe la sublevación del intelecto.

 

Como supondrá el lector, el título de esta pequeña reflexión me vino a la cabeza por la reciente aparición del imbécil Pedro Almodóvar, en la que apoyó con un par de simplistas frases la sanidad pública mientras admitía acto seguido que él, “of course”, es usuario de la privada. En línea con toda la gauche divine, los de cifras negras en sus cuentas bancarias off-shore pero rojos de boquilla para la galería de progres incultos y abducidos. Una combinación del negro y el rojo muy fea, por cierto, lejos de la revolucionaria del anarquismo original o de la idealista de la Falange primigenia. Vaya manera de estropear esta bonita combinación de colores, que exaltan la sangre y la tierra. El trabajo y la libertad. Justamente dos conceptos que esta chusma “regre” ni conoce: no han trabajado en toda su santa y cómoda vida y la libertad la confunden con la imposición de sus ideas a los demás.
Y antes de que el gobierno populista y dictatorial nos imponga otra locura de Irene la despechada, en forma de una nueva ley que prohíba y penalice los insultos y ataques a mujeres como ella (mientras ellos pueden atacar con furia y rabia a todo aquel que no transija con sus locuras), antes de que nos quiten la última pizca de libertad que nos queda, la de expresión, digamos cuatro verdades. Que ninguna ley es retroactiva. Aunque las chicas del montón lo desconozcan. Como casi todo.
Vayamos pues a por las chicas del título. Que podrían ser bastante más, por ejemplo Lilith; pero si ya me ha costado encontrar una palabra que rime con Pam, imaginad hacer un ripio con Lilith.
La RAM, como todos sabéis, es la “random access memory, una memoria muy rápida y generalmente volátil, ya que pierde su información cuando no recibe corriente, y que es usada por el sistema operativo y los programas del pc para cargar instrucciones que luego ejecutará el procesador”. Es decir, lo que viene a ser la combinación de sinapsis y neuronas del cerebro humano. El intelecto, para entendernos. Por otro lado tenemos la ROM, la “read only memory”, que podríamos equiparar a la memoria, los recuerdos y los conocimientos archivados en algún rincón de nuestra materia gris.


Y aquí la explicación del símil: las chicas arriba nombradas ni tienen RAM, como se hace obvio cada vez que abren sus impertinentes bocazas; y en su ROM almacenan como mucho unos meses de trabajo como cajera, una de ellas, tardes de comilonas la otra, archivadas en carpetas tituladas “dulce”, “saldado” y “variado”, y un vacío absoluto la tercera en discordia. La demente Ione tiene una ROM como salida de fábrica, limpia y sin formatear, para ser cargada con datos, con conocimientos, con experiencia, con sabiduría. Aunque visto lo que hay presumo que va a quedar más vacía que el curriculum de algunos ministros. Hasta podrían ponerla a la venta en Wallapop como “ROM sin utilizar”. Seguro que la venden en pocas horas. Y ya que estamos con las partes de un ordenador, volvamos a Lilith, la cual visto lo visto y oído en el último año, ni tiene RAM ni ROM. A esta pájara solamente le queda un escuálido cuerpo, como la carcasa color gris de los antiguos PCs de torre, y una vetusta raja en forma de disquetera de 3,5 pulgadas para introducir … lo que sea. Mejor me callo.

A todas estas chicas del montón se les ha unido hace poco Elisa, la destacada alumna de Ciencias de la Comunicación, una número uno que ni sabe hablar. Imaginad al resto de su promoción. Pero sobre esta futura ministra, secretaria de estado, asesora o compañera de juegos refrescantes en los aseos de la facultad, ya se ha escrito bastante: no perderé el tiempo con pedorras limitadas, físicamente repelentes e intelectualmente indigentes. Esta pasa directamente al “montón”. Un montón de inútiles chicas que llenan el desguace de piezas inutilizadas e inservibles; y que a este ritmo se convertirá en el mayor depósito de metales valiosos el mundo. Paladio, silicio y demás metales usados en la fabricación de microchips. Que por cierto se extraen de las llamadas “tierras raras”, en España existentes en varias regiones según la UE, en Campo de Montiel (Ciudad Real), la sierra de Galiñeiro (Pontevedra), la Rambla de las Granatillas (Almería) y en el complejo basal de Fuerteventura (Las Palmas), pero que obviamente, por “la supervivencia del planeta”, los españoles no vamos a explotar. Nuestros gobernantes, esa tropa de indigentes intelectuales, fervientes creyentes y sumisos a la nueva fe climática y sus sagradas escrituras resumidas en la Agenda 2030, jamás harán algo que favorezca a España y a los españoles. Sus prioridades son otras. Y todas antagónicas a las que necesita nuestra nación.

No podemos seguir así:  Europa nos mira con recelo por los tejemanejes del corrupto gobierno con los fondos europeos; Marruecos nos vacila y humilla en una sesión continua y combinada de chantaje, bullying (ver nota al pie) y burla; y el resto del mundo se ríe de nosotros, si es que sabe de nuestra existencia.

Porque del culto y avanzado imperio que fuimos en tiempos gloriosos, quizás el que más en la historia de la humanidad, a la vergüenza en la que nos ha convertido este demente con su gobierno plagado de chicas (y chicos) del montón, hay un trecho muy largo. Hasta aceptaría a Pepi, Luci y Bom (y las demás chicas del montón) si nos libraran de estas inútiles ninistras y amiguitas secretarias de estado que Dios (o quizás Satanás) nos ha impuesto como undécima plaga, onceava según Rufián.

Un tramo eterno de desastres, solamente interrumpido por vaivenes impulsivos y neuróticos de los peores dirigentes que ha sufrido nuestra querida España en toda su historia, esperpénticos personajes sin ROM, sin conocimientos en los que basar sus simplistas conjeturas, ni RAM que arbitre y controle los gestos, las palabras, los movimientos y las decisiones. Como escribía un tuitero el otro día, “Valle-Inclán se pondría las botas relatando la realidad actual”. Esperpento es poco.
Sólo nos faltaban las locas del “Futuro Vegetal” intentando pegarse al púlpito del Congreso, algo comprensible, por otro lado: si las que dirigen el cotarro tienen menos intelecto que cualquier legumbre, que se puede esperar de sus seguidoras. Del resto de chichas del montón.

Nuestra clásica expresión “sin ton ni son” ahora es claramente un “sin RAM ni ROM”. Que tome nota la Fundeu.

Solamente nos queda la esperanza de que con las prisas que tienen por colocar sus dementes leyes, por defecar su rabia y su ignorancia sobre todo el pueblo español, y ansiosas por llegar a la siguiente (y ojalá última) cena, sigan equivocándose en todo y el pueblo las eche a patadas.

Porque todo lo que hacen estos, estas y estes impresentables, acaba en desastres: legales, sociales, económicos, laborales, culturales, de política exterior..., el abanico completo de lo que se puede hacer mal en la dirección de un gobierno, todo ello decorado con los insufribles colores tutifruti de la bandera de la dictadura social, cultural y climática y su año apocalíptico 2030, que nos impondrán sí o sí.

¡O te conviertes o a la hoguera! A arder sobre las brasas del desprecio público y mediático, del señalamiento personal y familiar, de la exclusión social: hasta tu muerte como persona libre. Y encima convencido de que gozas de la máxima libertad posible. Bobo.

 

Nota: El corrector de Word me recomienda no usar la palabra bullying. Si escribo momia supongo que en breve saldrá algo similar, vista la última estupidez “woke” de los museos británicos. Se están volviendo locos del todo, su intromisión en nuestra vida privada es permanente y nos meten su demencia por todos lados. Ni que fueran bien dosificados supositorios fabricados por Bill Gates, el sumo sacerdote de la demencia global, la transformación social y la manipulación genética.

 

Ilustraciones gentileza del artista Mr. Jones ©