martes, 16 de enero de 2024

Valetudo

 “Yo, yo y yo, el diablo lo inventó”



Nunca entenderé el miedo que tienen la mayoría de los informadores, tertulianos, periodistas y columnistas a llamar a las cosas por su nombre. Rectifico: si lo entiendo. 

En la mayoría de los casos se trata de una simple sumisión al que paga, del miedo a quedarse sin “lo suyo”. Luego están los cobardes, los acomplejados, los bien queda, los que no quieren parecer “radicales” o, válgame Dios, ser enviados al pozo negro de la derecha, la ultraderecha, el fascismo o cualquier otro ismo que el mainstream haya definido como sinónimo del mal, como el infierno de los creyentes.

Y así andamos. Tenemos a un presidente mentalmente inestable (siendo generosos en el diagnóstico) que está perpetrando un golpe de estado, rodeado de ministros inútiles y sin preparación, cuando no corruptos y malvados, y asociado a partidos que odian a España y que solamente quieren explotar la debilidad en votos de un autócrata enfermo, para sacar beneficios personales, que no partidistas o regionales. Lo del nazionalismo de toda la vida, vamos.

Y lo que sucede con los comunicadores, pasa de igual forma con los políticos de la “supuesta” oposición, en este caso, el Partido Popular. Si pueden evitar llamarlo golpe de estado, lo hacen. Si pueden negociar, lo hacen. Si pueden justificar alguna medida de este desgobierno, lo hacen. Si pueden pactar con el demente, pactan. Lo único que no hacen es plantarse, decir en voz alta “Hasta aquí hemos llegado” y dejar de colaborar con las instituciones que están en manos de los golpistas, que ya son casi todas. Así, descrito de esta manera, está claro que lo que hacen es colaborar con el enemigo de España, aunque sea por inacción, por mirar al otro lado. En cristiano: son cómplices.

¿A qué nos lleva todo esto? A que nadie, o muy pocos, digan las cosas por su nombre: pocos “golpes de estado” leo por ahí, pocas veces se utilizan las palabras dictadura, autócrata, delincuente, psicópata corrupto, putero, asesino o ladrón

Algunos se “atreven” a llamar a nuestro actual gobierno una República Bananera, expresión que ni infunde miedo ni es de uso común, por lo que se queda en pura anécdota. También lo hemos intentado algunos con la palabra “Kakistocracia”(que viene del griego κάκιστος (kàkistos), el peor y κράτος (kratos), gobierno), pero tampoco conseguimos que se imponga, me imagino que por desconocimiento, ya que suena a “caca”, y eso es algo infantil o malsonante para ellos. Y enlaza directamente con su miedo a quedar mal, a salirse de la vía del consenso y la uniformidad lingüística e ideológica.

Pues igual ha llegado el momento de llamar a este gobierno VALETUDO, tal como he titulado esta columna. Como muchos sabréis, el “Valetudo” es un arte marcial nacido en Brasil en los años 20 del siglo pasado, en el que, tal como indica su prosaico nombre, vale todo. (Arte marcial que por cierto practicó el ahora tan mediático Dani de Desokupa).

Valen llaves de judo, puñetazos, uppercuts, crochés, ganchos, golpes de kárate o patadas de taekwondo, y si hicieran falta, arañazos, mordiscos, puñaladas y tiros en la nuca.

Vale mentir, robar, ocultar, inventar, tergiversar, manipular, encerrar, perseguir, golpear y amenazar.

Y de esta manera, haciendo todo lo que sea necesario, el psicópata Pedro Sánchez ha conseguido mantenerse en el poder vendiendo su alma al diablo, léase vendiendo España a cachos cada vez más grandes, y no hay quién le frene.

Para una persona sin escrúpulos, sin valores morales, sin sentimientos, sin remordimientos, sin humanidad, como lo es él, vale todo.

Vale decir blanco y a la media hora, negarlo.

Vale decir que la economía va como un tiro, cuando todos los datos estadísticos demuestran lo contrario.

Vale prometer amnistías ilegales, sabiendo que Europa no lo autorizará.

Vale delegar competencias del Estado, no delegables según nuestra Constitución, sabedor que al final no podrá cumplir con esta promesa, salvo intervención corrupta e ilegal del Tribunal Constitucional, algo que por otro lado tenemos todos muy claro que sucederá.

Vale humillar a la Guardia Civil y la Policía Nacional, salvaguardas de nuestro estado de derecho, con tal de conseguir tres, cuatro o siete votos rastreros de terroristas y golpistas.

Vale negociar con países extranjeros la llegada masiva de bárbaros inmigrantes ilegales, a cambio de suculentos contratos o de silencios sobre las fechorías familiares en el continente africano.

Vale realizar con el Falcon 33 viajes a la República Dominicana, país con el que a mi buen entender poco trato comercial tenemos.

Vale destrozar nuestra agricultura o nuestro sistema energético, para contentar a la mafia de Bruselas y su maligna Agenda 2030, mientras que los demás países de esa falsa unión europea hacen todo lo contrario.

Vale encausar a mayores y jóvenes por apalear una piñata, cuando al mismo tiempo queman retratos de lideres de la oposición o del propio rey de España, o realizan homenajes multitudinarios a terroristas asesinos

Vale desconectar el sistema informático del Senado para dar tiempo a los secuaces a negociar con los golpistas catalanes las prebendas que recibirán, o no, si votan a favor de la investidura.

Vale … (podéis añadir cualquier cosa, es una lista interminable y autoextensible).


Vale todo con tal de mantenerse en el poder. 

VALETUDO