jueves, 10 de abril de 2014

El recortable

Ahora que Cataluña, representada por ese engendro que es “más que un Club”  y que se arrogó hace muchos años la representatividad no solamente de todos los equipos y clubes deportivos del Principado, sino también de la sociedad en general y de sus sentimiento más íntimos en particular, es decir, esa cosa llamada Barça, Barza, Bar$a o familiarmente Puta Barsa, ha quedado fuera de Europa, se da por cumplido el primer paso hacia la independencia.



Por lo menos esta vez no van a poder tachar a los políticos de Madrid de mentirosos: en Europa, ya no están. Por lo menos hasta Septiembre. Y si lo gestionan bien, con su prevista ley de consultas para poder aprobar una consulta que les permita plantear una consulta que les dé capacidad legal para consultar a los ciudadanos..(uf, que me pierdo entre tanta consulta), igual aduciendo lesiones, inclemencias del mal tiempo que manda Madrit o sobredosis de butifarras con judías,  podrían enlazar con la “consulta de las consultas” esa de la señorita Pepis y no volver a jugar en Europa nunca más.  Tampoco se les va a echar de menos, a no ser por esos árbitros asalariados que van a tener que irse con el cuento de los penaltis a otro continente.

Este chiste fácil de “Cataluña fuera de Europa” ha permitido que esa inmensa mayoría creativa (para no llamarla celosa o vengativa) que tenemos en España se haya volcado en crear cientos de "memes" y demás montajes durante toda la noche (espero que sea así y que no haya sido durante la jornada laboral, no vaya a ser que los tan eficientes funcionarios y parlamentarios de la UE vuelvan a echar pestes sobre la productividad española, cuando la suya propia, bien pagada a una media de 15.000 euros mensuales, aún está por descubrir, cual Atlántida perdida en medio de un océano de holgazanería, demagogia y despotismo);  cada uno de ellos más divertido que el anterior.

Pero no va a quedar todo aquí.

Cumplido este primer trámite de la legislación europea, que excluye a los países artificiales nacidos de procesos anticonstitucionales (cuando les interesa, claro está, porque si recordamos la injusticia de Kosovo, parte natural de Serbia se mire por donde se mire…),  e inundadas las redes sociales con fotografías, animaciones y chistes  sobre el tema de la salida de Europa, hay que ir a por más. O a por Mas. Tanto monta, monta tanto.

¿Y qué podríamos darles ahora para rematar la creación de su infantil, absurda, anti histórica y poco rigurosa nacioncita mitológica?

Pues a mí se me ocurren varias opciones, aunque la que se me antoja más graciosa y con mayores expectativas de triunfar es la siguiente: un recortable.

Un recortable llamado: Construeix-te la teva nació (“constrúyete tu nación” en cristiano).  Editado por cualquiera de las múltiples editoriales afines al sistema, léase subvencionadas tal cual Federación de Dardos Catalana, que por llevar alrededor del mundo sus 3 dardos y acertar al 501 “double out” en 3 tiradas sin usar una palabra en español , se han llevado la friolera de 1,2 millones de euros,  recortable decía, presentado  en varios fascículos y distribuido por el sistema de correo interno entre “vegueries” creado por la ANC en su previsor intento de garantizar la libre circulación de la información en la nueva (pero milenaria) nación, cual legendario Pony Express que en vez de empezar en Misuri y acabar en California, partiría del Ampurdán y llegaría al Montsia (por ahora), pero utilizando en vez de caballos al burro autóctono catalán, léase el “Ruc Express”.


Me emociona pensar en la inmensa alegría de miles de niños catalanes, puros de alma y corazón, que no de sangre (ya sabemos que catalán es aquel que trabaja en Cataluña, para que se enriquezcan los de siempre, aunque esto último no lo suelen soltar los politiquejos, menos aún en época de elecciones o consultas de escalera de vecinos), cuando cada domingo, después de asistir a la misa local o escuchar la misa conventual desde la Basílica de Montserrat, convertida ya en el centro espiritual de la “Nova Església Ortodoxa Catalana”,  sus padres los suelten para que puedan correr como cervatillos hacia el quiosco de la ANC más cercano para obtener el fascículo de la semana.
Reunidos después en familiar ágape dominical, ante la comida “casher” (el kosher autóctono) bendecida por la Agencia de Pureza Catalana (por cierto, una UTE de Pilar Rahola, Oriol Pujol y Miguel Calçada), consistente en cuatro calçots, media butifarra i un par de carquinyolis de postre, la mágica hora del recortable iluminaría las casas de la mayoría de los ciudadanos de esta nación mítica:

El primer domingo Wilfredo de rodillas recibiendo el escudo mojado en sangre por el rey franco, junto a un burro autóctono;  
al siguiente una primera parte de la montaña de Montserrat y una de las columnas de la Sagrada Familia (anunciada ésta en la revista como construcción variable de la que nunca se entregarán todas sus partes);  
al tercero el Camp Nou completo y con gafas en 3D para poder ver mejor los penaltis, 
al cuarto dos tramos de la vía del tren cremallera de Nuria y una primera hoja del “Pi de les 3 branques”,  
al quinto un huevo de Colón / Colom, obviamente de un pollo de raza Prat, 
al sexto…

Ya os podéis imaginar: con una duración indefinida e inicialmente infinita, siempre en base a las ventas del anterior fascículo, en línea con el plan de negocio de cualquier coleccionable de Planeta Agostini, poco a poco cada uno de los 6 millones (y más, y más y muchos más) de catalanes, podremos ir creando nuestra pequeña nación inventada.

Mientras  tanto, los políticos seguirán cobrando, la familia Pujol seguirá robando y Mas seguirá delirando.

Lo único positivo es que Lara iría haciendo caja con los fascículos. 

Y si, milagro mediante, lo invirtiera para recuperar el control de su antaño querido RCD Español, mejor aún. 
Pero eso ya son sueños mayores. Mayores que lo de la nación milenaria catalana. Que ya es decir.