jueves, 23 de noviembre de 2006

¿Nos vamos de potes a una Herriko Taberna?

¿Nos vamos de potes a una Herriko Taberna?

Que alegría me da ver que en el fondo la gente es buena, es capaz de aprender, de darse cuenta de la realidad y de optar por una vida en paz, unión y libertad.
Esto es lo que ha sucedido, en el corto plazo de un año, con los gestores y clientes de las Herriko Tabernas de las provincias vascongadas. Cuando en Enero de 2005 la Fiscalía General del Estado sostenía que estos locales de ocio eran parte del entramado de ETA, se produjo una profunda reflexión en las filas Batasunas.

Cultos e interesantes debates han ido aflorando durante este año en las pacíficas tertulias de estos locales, se ha dado rienda suelta a la creatividad, a la solidaridad, a la paz como valor permanente, a la unión en la diversidad y al respeto a las normas.

Desde Zarauz hasta Getxo, desde Zamudio a Ondarroa, la vida ha cambiado para los antes sufridos ciudadanos. Donde antes había violencia, ahora impera la armonía. Donde antes te insultaban, ahora te invitan a unos potes, donde antes colgaban carteles de políticos de todo signo con la diana sobreimpresa, hoy se ven anuncios de conciertos y convocatorias a excursiones por los bonitos montes vascos. Donde antes había líquidos inflamables ahora solamente se guardan cajas y más cajas de bebidas energéticas que se reparten de forma gratuita en los eventos deportivos del lugar.
Ya no se apoyan las huelgas de hambre, a cambio se fomenta con grandes campañas la donación de órganos y sangre para las personas necesitadas. Los jóvenes ya no salen con cócteles molotov a rociar a cualquier servidor del orden sino que se presentan voluntarios a los cuerpos de bomberos para salvar los bosques. Los cajeros automáticos, antes objetivo principal de los clientes de estas tabernas, ahora son decorados con alegres motivos, con flores y estrellas, con lunas y soles, en una campaña de solidaridad con los empleados del sector bancario y de la limpieza municipal.

Y, como no podía ser de otra manera, nuestra Fiscalía General, siempre atenta a la realidad social y al cumplimiento de la ley vigente, sin dejarse llevar por presiones políticas u obedecer directamente al partido imperante, ha vuelto a estudiar el caso y se ha dado cuenta de que no hay pruebas de que estas tabernas tengan algo que ver con Batasuna o con ETA. Bravo por nuestro poder judicial. Esto es una democracia como dios manda, con una clara separación de los 3 poderes.

¿O no ha sido así?