viernes, 19 de octubre de 2007

¿Con Z de Ezpaña o de zulla?

¿Con Z de Ezpaña o de zulla?


Me desayuno, en la acepción del verbo desayunar que significa enterarse de algo nuevo, con la nueva campaña ideada por el infame José Blanco para promocionar la carrera electoral del Sr. Rodríguez Zapatero. La Z por todos lados. Estoy convencido que a lo largo del día aparecerán mil y un juegos de palabra, combinaciones y chascarrillos jugando con esta nueva ocurrencia, si así se le puede llamar, de los asesores de Zapatero. Lo que me extraña soberanamente es que no hayan caído en la combinación más simple, más cercana y más real de todas: EZPAÑA.Porque eso es lo que hay. En estos tiempos en los que está de moda cambiarse el nombre, en los que llamarse José Luis es un insulto, aunque así figure en la partida de nacimiento y así te hayan llamado tus padres toda la vida, los cultos y preparados asesores (sic) del ya ex - presidente español (ya que ahora es ezpañol) han perdido la gran oportunidad de cambiar de un plumazo hasta el nombre de nuestra patria. Primos. Ahora que ya habían conseguido casi todos sus oscuros propósitos, léase invertir el orden natural, acabar con una historia milenaria, aupar la incultura al poder, mentir, ocultar, manipular, en resumen, acercar a los españoles a un precipicio desprovisto de cualquier barandilla, van y se olvidan del gran triunfo que podrían haber conseguido cambiando el nombre de nuestra nación.
Aprovechando el momento podrían haber liberado a los nacionalismos aldeanos de la cruel subyugación a una nación llamada España, y podrían haber presentado conjuntamente con los reyezuelos de esas antes queridas regiones españolas las nuevas banderas ante la comunidad internacional. La bandera de la República de Josep-Lluis, que en honor a sus padres seguiría manteniendo las 4 barras de la Corona de Aragón, la bandera de Galizia, adornada con alguna alusión a los bárbaros españoles que nombran en su himno, la versión coloreada con el photoshop de la Union Jack británica que se sacó del forro Sabino Arana, y presidiendo todas ellas, la nueva y gran bandera, me imagino que tricolor, de la República de EZpaña. Pero no ha sido así. Pepiño y los 40 ladrones se han quedado cortos. Se han dejado ganar la partida por la mano, cuando estaban más cerca de la victoria que Hamilton de pinchar en Brasil. Y este error les va a costar caro. Nos abre la puerta a todos y nos da tiempo a tirar de la Real Academia y buscar todas aquellas palabras que realmente se escriben con “Z” en castellano o español, y que definen muy bien lo que es el Sr. Rodríguez Zapatero: Zaborrero (chapucero), Zafio (grosero), Zamarro (cazurro), Zarandajo (persona despreciable), Zocato (inmaduro), Zoquete (torpe, pero que muy torpe), y, como colofón, una gran Zulla (excremento humano). Lo que es el Sr. Rodríguez Zapatero.

viernes, 7 de septiembre de 2007

Madre, Patria y 11-S

Madre, Patria y 11-S

Lo bonito y emocionante de las conmemoraciones, fiestas patronales, peregrinaciones, aniversarios y demás eventos sociales, es que en ellos personas de diversa procedencia, amigos y desconocidos, vecinos y foráneos, jóvenes y antiguos, hombres y mujeres, creyentes y no creyentes, se unen bajo un lema, una causa, una bandera, un recuerdo o una creencia común, para compartir momentos de unión, cariño, fiesta, simpatía, recuerdo, tristeza o solidaridad. Esto puede suceder en la peregrinación a Santiago, en la Feria de Sevilla, en San Isidro en nuestra querida y gran Madrid, en las fiestas de Calaceite, en las fiestas del Pilar en Zaragoza, para algunos en Noviembre en el Valle de los Caídos, para otros en el “opening” del Space de Ibiza o en el FIB de Castellón y para privilegiados en todos estos sitios.
Pero siempre hay alguien a quien le toca bailar con la más fea. Como a nosotros, esos ciudadanos de Barcelona que con cada día que pasa sentimos con más fuerza la necesidad de abandonar nuestra ¿patria? chica. No vivimos a gusto, ni nos emocionamos con la proximidad de las “grandes” fiestas de ¿nuestra? ciudad. Tenemos ante nosotros otro 11 de Septiembre que lo único que nos va a aportar son nuevas dosis de odio, de incredulidad, de hastío, de incomprensión y, en fin, de desesperación ante las continuas afrentas que sufre nuestra patria (¡esta si!), España, desde el poder, desde los medios, desde los grupos de presión, y por ende, desde la estupidez, la desinformación y la manipulación embebida en el pueblo catalán antaño adalid en la lucha por engrandecer la historia común española por todos los rincones de la tierra.
Tal semana como hoy hace 9 años mi madre, que en paz descanse, agonizaba en el Hospital de Bellvitge, esperando con esa fe que pocos entienden hoy en día la llamada del Señor. Por desgracia falleció al poco tiempo, exactamente el 11 de Septiembre. Si esta fecha ya figuraba tachada en mi calendario, como en el de tantos otros amigos míos, este fallecimiento añadía una pesada losa a cualquier posible sentimiento festivo en esta conmemoración tan estúpida que es el 11 de Septiembre.
Hoy, 9 años después, es mi otra madre, España, la que yace temblorosa en la esquina noreste de ese camastro antes llamado España, esperando una llamada que seguro llegará si este sinsentido sigue al ritmo actual.
El contraste entre un gobierno catalán que incita a deportistas a incumplir las leyes y jugar con una selección autonómica, frente a la unión, afinidad y camaradería en la que se ha convertido nuestra selección de baloncesto, es otro detalle más que va colmando el vaso de nuestra paciencia. Y como este hecho, que puede sonar a anecdótico pero que es muy grave al ser la afición a un deporte un arma fácil de cargar, apuntar y descargar en la dirección que uno desee, digo, como este hecho, hay muchos, diarios, continuos, públicos u ocultos, simbólicos (como las banderas) o gravosos (como las multas por no rotular en catalán), que van minando nuestra moral, que van desmontando pedazo a pedazo esa parte de nuestro corazón que aún late en catalán. Espero que no llegue ese día, pero si esa parte de mi corazón dejara de latir, no dudo que la otra parte, engrandecida por la triste liberación de una pesadilla insoportable, golpearía mucho más fuerte al son de nuestro querido y respetado himno nacional, el de ¡¡ESPAÑA!!

lunes, 13 de agosto de 2007

Corto réquiem por un sacerdote (Xirinacs)

Corto réquiem por un sacerdote (Xirinacs)

A sabiendas de que alegrarse de la muerte de una persona pueda considerarse algo políticamente incorrecto, cristianamente pecaminoso y moralmente inaceptable, ayer tuve un sentimiento de alegría al conocer la noticia del fallecimiento, “motu proprio” (atentos a la ortografía: http://www.wordreference.com/definicion/motu%20proprio) , de Xirinacs. Este sentimiento ha ido creciendo conforme han ido apareciendo las condolencias, los comentarios, los elogios y las exaltaciones por parte de personas adscritas a las mismas tendencias ideológicas, si es que pueden llamarse así, llenas de estupidez, carencia de rigor histórico, manipulación, falsedad, desconocimiento, insensibilidad, egoísmo y demás adjetivos peyorativos que se puedan encontrar.
En esta semana tan mariana en el ámbito religioso, y tan veraniega en la tradición mediterránea, no voy a perder demasiado tiempo glosando las “hazañas” del difunto. Ni me apetece a mí ni lo considero de interés para mis (posibles) lectores. Bastantes crónicas aparecerán en estos días en esos medios de comunicación cómplices de personajes como el sacerdote excursionista.
Simplemente comentaré una anécdota: de pequeños solíamos subir con mi padre en coche por la calle Entenza de Barcelona hacia el campo del RCD Español, el tan añorado campo de Sarriá. En esa época el señor “sacerdote” solía estar sentado delante de la cárcel Modelo en huelga de hambre pidiendo amnistía (estuvo un año y nueve meses dando la tabarra con lo mismo). Al aproximarnos a su posición, mi padre pedía a mi madre que bajara la ventanilla para poder insultar a gritos al ahora difunto. Me costaba bastante entender las razones de mi padre, esa rabia que brotaba de su boca, cuando momentos después estábamos tan felices comiendo una paella en familia y esperando la hora del partido dominical. Pero no tardé mucho tiempo en comprender a mi padre. Tampoco hace falta demasiada inteligencia para ello. El “sacerdote”, varias veces candidato al premio Nobel de la Paz (me pregunto quien presentaría su candidatura), era un personaje desvergonzado, defensor de asesinos, cínico consigo mismo y la fe católica, despreciable en su forma de actuar y en el contenido de sus discursos.
Manipulador de una clase obrera y cristiana lo suficientemente inculta para creerse las diatribas del chaman separatista disfrazado de clérigo, encendida y alentada por él para luchar por ideales basados en invenciones históricas sobre España y Cataluña, y, al final, convencida de que el curita converso era como Ghandi y de que sus amigos asesinos de la ETA en el fondo eran los buenos de la película, no se merece ni una palabra más. Espero que Dios le dé un buen repaso ahí donde esté ahora. Yo tengo la suerte de tener un amigo que ya le dio un pequeño “toque” aquí en la tierra. Se lo merecía.

miércoles, 20 de junio de 2007

11-M ¿Me he perdido algo?

11-M ¿Me he perdido algo?

Una tarde normal. Llego a casa, pongo un poco de música, me deshago de traje y corbata, enciendo la tele y busco algo interesante en la espesa jungla de canales estúpidos que se emiten por estos lares. Aparece el juicio del 11-M y acierto en el tiempo conectando en el momento que un abogado defensor, conocido y hasta amigo de la mayoría de mis conocidos y hasta amigos, presenta su alegato. No puedo jactarme de haber seguido el juicio minuto a minuto, ni siquiera día a día, pero si puedo afirmar que he intentado estar al día leyendo la prensa diaria, comparando versiones de diferentes medios y formando poco a poco mi visión de este oscuro complot, trama y hasta drama.
De entrada ya me parecía muy extraño que este letrado defendiera a la presidenta de la “Asociación de Afectados del 11-M”. Algo raro sucedía. Hace meses que se me hacia difícil ver a una persona antipática, interesada y manipulada como es dicha presidenta, representada por un notable abogado, compañero de correrías de muchos de nosotros en nuestra querida Barcelona, compañero de viaje en nuestros últimos desplazamientos deportivos, y muy cercano a mis conocidos y hasta amigos en ideas y planteamientos políticos.
Pero entre ayer por la tarde y esta mañana en la que he conectado la radio a primera hora, se me ha hundido el barco en el que al parecer estaba navegando por el mar del desconocimiento y la inocencia.
Este letrado niega el trabajo de investigación periodística llevado a cabo en estos últimos años, defiende a capa y espada a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, y acaba soltando la frasecilla “que la oscura visión del pino no impida ver el bosque de la Justicia” , jugando con el apellido de un periodista de todos conocido.
¿Me he perdido algo? ¿Son falsos todos los datos de investigación recopilados durante tanto tiempo? ¿Han sido sinceros los mandos de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del estado en sus declaraciones?
Me contengo en hacer más preguntas. Podría ser ofensivo, podría derribar mis propios mitos y mi admiración por determinadas personas. Podría pensar que la corrupción del estado llega hasta tal punto que enlaza en el tiempo hechos como los protagonizados por el GAL, que tuvieron su lado bueno por imponer justicia y eliminar a bastantes indeseables de la faz de la tierra, con el 11-M, que no tuvo ningún lado bueno sino que ha sido el gran drama nacional de los últimos siglos, cuyos creadores, actores y dóciles y babeantes espectadores van a salir impunes del teatro nacional. Podría pensar que alguien aún debe pagar un tributo al GAL o al GAL 2.0 y con ello a los mandos de los Cuerpos de Seguridad del Estado implicados en este caso tan atroz que es el 11-M y que por ello los defiende a capa y espada.
Pero prefiero no pensar más. Prefiero seguir creyendo en buenos y malos, en príncipes y ladrones. En héroes y villanos. Y no en medias tintas, en cambios de chaqueta, en puros intereses de triunfo personal, en el fin de la sociedad que busca la verdad y en la imposición del poder por el poder, del mal por el mal.
Y por perderme algo, prefiero perderme la realidad de esta sociedad que camina hacia su perdición jugando con los bienes más sagrados, la vida, el honor, la lealtad, la verdad, a un partido de pelota en que el único objetivo parece ser que no pierda nadie y que se olvide pronto. Como el final de la Liga de Fútbol de este año.
Y en ambos casos, con el poder político y mediático insuflando apoyos constantes en el cogote de los protagonistas, obviándose las leyes en un caso y los reglamentos en el apartado deportivo, se conseguirá con una rapidez inusitada el olvido y el silencio. Y no habrá pasado nada. Ni el Barza habrá perdido una Liga, ni en el caso del 11-M habrá habido manipulaciones, mentiras y corruptelas por doquier.¿Me habré perdido algo?

martes, 19 de junio de 2007

Una temporada redonda

Una temporada redonda

Acabo de comentar a una amiga que no veo desde hace más de 16 años que entre en mi blog y me doy cuenta que desde Marzo no he escrito nada. Es realmente imperdonable, teniendo en cuenta el tiempo libre que tengo, el poco deporte que hago y las noches que tiro por la borda viendo pasar el tiempo en la barra de un bar. Pero hoy no va de autocrítica. Hoy estoy feliz. Me he desayunado (que raro suena así, pero es correcto) como siempre leyendo El Mundo, y he tenido el placer de pasar por encima de las caras de los jugadores del Barza destrozados y acabar leyendo a mi admirado Sánchez Dragó comentando la reaparición de José Tomás del domingo pasado en la Monumental de Barcelona. (Lector: si tienes tiempo de pillar el Mundo de hoy, día 19 de Junio de 2007, edición de Barcelona, te recomiendo leer el artículo en cuestión. Está en la página 71). No tuve el placer de asistir a este acontecimiento, y vistas las críticas y los comentarios, me doy cuenta que se me ha vuelto a escapar un momento histórico. Otro más. Creo que esto de perderse cosas importantes nos pasa a todos. No tenemos el don de la omnipresencia, por suerte o por desgracia, y seleccionamos a bote pronto que hacer en cada momento de nuestra vida. Mi elección el domingo fue ir a ver a mi equipo, el Real Club Deportivo Español, como pequeño homenaje a una temporada redonda en todos los sentidos. Como diría mi amigo Sebastián, los que contamos los años por temporadas (o cursos escolares, que viene a ser lo mismo), hemos disfrutado de lo lindo. Hemos derrotado al Barza, ese equipo del que dicen que es catalán pero que no representa más que a una minoría atontada y manipulada de la sociedad catalana, hemos visto ganar la liga al Madrid (¡Hala Madrid!), hemos viajado por Europa y hemos llegado a la final de la UEFA con un señorío que nos honra, y, finalmente, como ciudad, hemos podido albergar uno de los hitos de la historia del toreo reciente. Claro que puestos a pedir la temporada aún podría haber sido mejor: podría haberse hecho justicia en el caso del 11-M, podrían desaparecer la ETA y ANV, Zapatero, sus ministros incultos y algún adlátere más, podría ver a alguien enamorarse de mí, podrían no existir las enfermedades, las injusticias, podría tocarme la lotería, podría publicar un libro y tener éxito, podría…Tantas cosas. Pero, insisto, la temporada ha estado muy bien, Espero que la vida me permita disfrutar de otras temporadas como esta, o, ya puestos, mucho mejores. Y, copiando literalmente a Sánchez Dragó: España, ¡carajo!, y ya está.

martes, 13 de marzo de 2007

Huir hacia adelante (o ¿qué salidas tenemos en la vida?)

Huir hacia adelante (o ¿qué salidas tenemos en la vida?)
Ernesto Martí Wetzel
Con el lento pero inexorable avance de la edad, el fracaso en la creación de una familia tradicional y estable, el tedio del trabajo rutinario, el vacío espiritual y la falta de cariño que conlleva la vida en soledad, nos quedan pocas salidas. Las difíciles y duras las intentamos evitar. Hablo aquí de creatividad, labor social, voluntariado o sacrificio. Si fuéramos consecuentes con lo que predicamos, con nuestro tan cacareado espíritu religioso, solidario y de camaradería, no hay duda de que existen opciones para no estar solo y hacer algo por nosotros mismos y por los demás. En los últimos meses, por ejemplo, he visto como 2 amigas han sido capaces de dar el salto y ponerse a ayudar, una a animales abandonados, y la otra a personas discapacitadas. Esto es digno del máximo elogio, sobre todo teniendo en cuenta que son salidas duras y difíciles.
Pero no, estas opciones las evitamos (hablo en plural por vergüenza), y en cambio elegimos aquellos caminos que de forma artificial nos dan un poco de ánimo, nos dan una supuesta felicidad. Somos hiperactivos, iniciamos mil y un proyectos diferentes, compramos cualquier libro cuyo contenido cuadre con lo que no estamos haciendo pero quisiéramos hacer, instalamos antenas parabólicas y receptores TDT para ver 99 nuevos canales y nos bajamos de Internet todos los nuevos discos que van saliendo, sabiendo de antemano que no tendremos tiempo para escucharlos ni para ver los nuevos canales. Creamos páginas web, nos apuntamos a foros de discusión, lanzamos con gran ilusión un blog tras otro, asistimos a manifestaciones un día si y otro no, salimos todos los viernes, sábados y fiestas de guardar; bebemos demasiado, comemos mal, no hacemos deporte. En resumen, hacemos todo aquello que no deberíamos y dejamos de hacer las cosas que realmente nos gustan.¿O quizás no sea así?Iniciamos proyectos porque amamos a nuestra patria y queremos arreglar las cosas desde dentro. Compramos libros sobre la historia de España, sobre las mentiras de Zapatero, sobre la otra (y verdadera) memoria histórica, porque nos gusta estar informados y poder explicar al resto de la sociedad las verdades que otros les ocultan; instalamos antenas nuevas para poder ver Telemadrid y no tener que aguantar las manipulaciones constantes de las televisiones nacionalistas. Los foros de discusión nos sirven para estar en contacto y descargar nuestra ira ante la infamia que está arruinando España; los blogs los creamos para compartir con nuestros camaradas nuestros sentimientos y deseos; de Internet nos bajamos aquello que nos interesa, dado que por televisión no suelen proyectar nada que nos atraiga lo más mínimo. A las manifestaciones asistimos porque lo hemos hecho siempre, porque creemos en la lucha, porque no queremos que nos arrebaten esa historia común tan hermosa que se llama España; los viernes, sábados y fiestas de guardar salimos, porque queremos estar al lado de esas personas que sienten como nosotros, hartos del día a día al lado de compañeros de trabajo que no son nada malos pero con los que tenemos muy poco en común. Bebemos lo que hay que beber, porque una vida sin vino y cerveza es menos vida, pero sin exagerar. Quizás en el deporte es donde fallemos más, por lo menos yo.
¿No será que en el fondo hacemos todo aquello que debemos, y encima lo que hacemos es lo que nos gusta de verdad?