viernes, 18 de enero de 2019

Campi qui pugui


Este dicho popular catalán equivale al “´sálvese quien pueda” en nuestro querido idioma común, ese idioma castellano o español que es el segundo más hablado del mundo y cuya enseñanza están limitando, que no prohibiendo, en varias taifas de nuestra nación.

Pero visto como están empezando a abandonar el barco las ratas golpistas ante el próximo juicio que pondrá, Dios mediante, a cada uno en su sitio, tampoco es preocupante. 

Entre el descalabro del separatismo catalán, con sus peleas internas, sus negaciones, sus locuras y sus “pelotas fuera” y el profundo cambio que se avecina en el resto de España gracias a la irrupción de nuevas opciones políticas, sumado al hundimiento ya casi definitivo de los retrógrados populistas de Podemos y los vividores del PSOE, pues se vislumbra una nueva luz en el horizonte.

Y no es que esté cantando victoria, por favor, que la lucha acaba de empezar y la estupidez inculcada a jóvenes y mayores en los últimos cuatro decenios, unida al odio inoculado cual virus letal a los niños en guarderías, escuelas, clubes deportivos, centros de excursionismo y hasta parroquias, no se curan de golpe.

Tenemos por delante tiempos duros de limpieza, de educación, de recuperación de la libertad y la sensatez, de volver a los valores reales, de acabar con el populismo, la manipulación, los chiringuitos, el nepotismo, la desigualdad, el separatismo, la dictadura de género y tantas otras desgracias que nos han dejado estos últimos 40 años.

Pero no decaeremos. Lucharemos como hemos hecho siempre. Por nuestra historia, por el bien común, por la libertad, por la justicia y por el futuro de las nuevas generaciones. Por España.

miércoles, 2 de enero de 2019

El año de los idiotas


Acabó el nefasto año 2018 (nefasto para Cataluña y con ello para España, es decir, para todos nosotros) con un Mosso proclamando la verdad a los cuatro vientos con el ya mítico “La república no existe, idiota”, y empezó el 2019 con el impresentable y mentiroso presidente por accidente Sánchez Castejón afirmando que el viaje al FIB (para disfrute de su santa y trabajadora esposa) en Falcon, la apertura del aeropuerto de Castellón, los traslados, las copas, las dietas y las entradas costaron solamente 283 €. ¡Vaya chollo! Ni que fuera el Black Friday o el día del inicio de las rebajas de enero del Corte Inglés.

Lo grave es la diferencia entre ambas afirmaciones: el realista y lúcido miembro de las fuerzas de seguridad del Estado dijo la verdad, mientras que el presidente ocupa nos volvió a mentir. Con toda la desfachatez del mundo. Con todo el morro. Sin ruborizarse lo más mínimo. Tratándonos como si los idiotas fuéramos nosotros. Cuando hoy en día hasta el tato sabe quiénes son los idiotas sin tener que recurrir al diccionario de la Real Academia: los “tontos o cortos de entendimiento” y los “engreídos sin fundamento para ello”.

Y aquí es cuando el abanico se abre y podemos llenar el cubo de la idiotez con todos los esperpénticos personajes que pululan por nuestra patria destrozando siglos de evolución, de sensatez y de cordura: desde el presidente por accidente, pasando por el fugado Puigdemont, el demente Torra, el zampabollos Rufián, la antigua reina de Andalucía Susanita, los decadentes populistas de Podemos y los miles de aquejados de fiebre amarilla, hasta la tan limitada Pedroche y su ridícula vestimenta en la celebración de las campanadas de fin de año. No hay cubo lo suficientemente grande en España para meter a toda esta “troupe” de ridículos personajes y verter su fétido contenido en alguna profunda sima. Si es a la “Fosa de las Marianas”, mucho mejor. Aunque dudo que sus 11.034 metros de profundidad sean suficientes para alejar estos deshechos humanos de nuestra vida y poder iniciar este nuevo año libres de polvo y paja (y de idiotas).

Hace más de año y medio ya titulé un artículoDiscurso a los idiotas de España”. Y por desgracia hemos ido a peor. Parece que la dejadez, la complacencia, la falta de valores y la gandulería de la sociedad española han llegado a un punto en el que colectivamente nos importa un pepino todo lo que sucede a nuestro alrededor. “Ande yo caliente y ríase la gente”. 

Y como la inteligencia siempre reside en el ser individual mientras que la masa siempre es y será idiota, pues se nos presenta un año nefasto. Otro más. Y van tantos ya.

Que Dios nos coja confesados.  Y nos libre de una vez de tanto idiota.

Feliz año amigos.