Cuestión de principios
Ante la invitación a una cena de un partido político, a pesar de estar organizada por amigos, compañeros y en su momento camaradas, tengo que contestar que no creo en los partidos políticos, rechazarla y no asistir al convite.
Ante la persecución de los símbolos religiosos que se está llevando a cabo en España, auspiciada por el poder oficial, y sin duda alguna por otros poderes “ocultos”, los que realmente manejan los hilos de las marionetas que se autoproclaman demócratas, me rebelo y vuelvo a asistir a misa en los días de precepto.
Ante la negación de la libertad de expresión que se está produciendo en Cataluña con el cierre de emisoras contrarias al pensamiento único, a manos del instrumento represor denominado CAC, creado en teoría para todo lo contrario, para vigilar la calidad, libertad, rigor y buen hacer de los medios audiovisuales, me planto y sintonizo la COPE como única alternativa al embobamiento y adoctrinamiento global al que estamos siendo sometidos los ciudadanos de Cataluña y demás regiones de España dominadas por un nacionalismo que a pesar de ser minoritario se ha hecho con las riendas del poder.
Ante la persecución de los símbolos nacionales que se ha producido estos días en toda España invocando la ley de memoria histórica, que más que ley es una sentencia vengativa que obliga a las fuerzas del orden, con sus banderas nacionales bien cosidas a la hombrera, a pisotear esas mismas banderas, a pegar a jóvenes y mayores, a actuar contra natura y contra el juramento de defender a España y su unidad que prestaron en su momento, me vuelvo a rebelar y luzco con orgullo pulseras, banderas, camisetas, adhesivos y todo elemento que pueda que incluya los sagrados colores de la bandera de mi patria.
Ante la mentira histórica que nos quiere hacer creer que nuestra democracia es sinónimo de libertad, simplemente seguiré proclamando lo que realmente pienso. Esto no es democracia, todo es una gran farsa para tener al pueblo engañado, al poder económico comprado, al poder judicial sobornado, al poder legislativo maniatado y al poder político endiosado y lleno a rebosar de incapaces, analfabetos, retorcidos, vengativos, payasos, egoístas y mentirosos. Por todo ello, proclamo que soy y seguiré siendo 0% demócrata.
Pues si, apreciado Ernesto, que dictadura ésta de izquierdas que nos intenta someter, que se preocupa por lo suyo y se dedica a remover banales asuntos para dirigir las preocupaciones del populacho en otro sentido y así perder la perspectiva de lo que realmente importa.
ResponderEliminarSiempre es grato leerte.
Gracias.
Hua, hua, quin fart de riure! Quines ocurrències que té Senyor Martí.
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