Me dirijo a vosotros sabedor de que en vuestra inocencia juvenil no llegáis a ver toda la mentira que hay detrás de las actuaciones de los mayores. O mejor, para ser ecuánimes, de una parte de los mayores: no vayan a pagar ahora justos por pecadores y convirtamos a todos los adultos en falseadores de la realidad y agitadores profesionales. Sé a ciencia cierta que hay mucha gente de edad que trabaja duramente, que no miente, que no manipula, que no se inventa fallos en el funcionamiento de la calefacción y que no registra dominios en Internet referidos a hechos que aún no han sucedido. Como si viajaran en el tiempo montados en un haz de neutrinos. Aunque igual es justamente esto lo que están haciendo: superando la velocidad de la luz están volviendo atrás en el tiempo, a principios del siglo XX, y con ello a la manipulación, a la tergiversación pura y dura de la realidad y a la utilización de inocentes jóvenes para sus perversos objetivos. Objetivos estos que no son más que pataletas de niño enfado porque le han quitado la tarta de chocolate, es decir, le han quitado el poder, y con ello todos los privilegios de los que han gozado durante muchos años sin pegar ni sello.

Tanto Internet, tanto WIFI gratuito, tantas apps para descargaros, tanto Whatsapp, tanto Twitter y tantos lectores de libros electrónicos vendidos en estos últimos meses (lo que debería de llevar asociado la carga de libros y su lectura), y no sois capaces de daros cuenta de que os están manipulando siniestramente (¡pero que bien encaja aquí la palabra siniestro!), de que detrás de vuestro enfado, comprensible e igual hasta justificado en algunos casos, no hay nada más que la rabia de los desposeídos (del poder) y el aburrimiento de los perroflautas de turno que con la ola de frío necesitan urgentemente algo de fiesta, algún asalto a una tienda de ropa y algo de sangre para poder reclamar indemnizaciones, solidaridad y limosna y poder llegar sin sobresaltos a la primavera, al buen tiempo, las raves, la playa y la vida al sol que mejor brilla; mientras el resto de la sociedad, léase la derecha reaccionaria, la iglesia, los bancos, los empresarios o la gente de Intereconomía y del ABC, trabajan desde el amanecer hasta el ocaso para mantener el tren de vida, ocioso, inútil y siniestro de estas garrapatas de la sociedad.
Usad vuestra capacidad intelectual, intentad ser objetivos, navegad por una vez por Internet buscando algo más que música gratis, gadgets o ebooks que jamás leeréis, y repasad un poquito, aunque sea un ratito, entre caña y caña, entre porro y porro o entre asalto a tienda y destrozo de cristaleras, la historia de la manipulación de la izquierda, lo que fue el “Agitprop” bolchevique o la desfachatez y las mentiras continuas y públicas de los líderes sindicales y de los partidos de izquierdas en España y en el resto del mundo.
Dejad de ser marionetas en manos de personas que usan palabras bonitas, que juegan con vuestros sentimientos más nobles, para buscar simplemente su propio beneficio.
Sed objetivos, analizad la realidad, estudiad, comparad, contrastad, en resumen: sed personas inteligentes y no simples herramientas en manos de los manipuladores profesionales, de los descarados líderes sindicales que viven mejor que cualquier empresario, de los políticos derrotados y defenestrados en las urnas que de golpe no saben cómo mantener su antaño sobrado tren de vida y que de la noche a la mañana ya no respetan ni las instituciones, ni las leyes, ni la verdad. (Bien pensado la verdad no la han respetado nunca)
Despertad, o seréis carne de cañón, como en otras épocas, de la demagogia, de la mentira y de la desfachatez de la izquierda, aniquiladora, por definición y por demostración científica a lo largo ya de siglo y medio, del ser humano.
Atentamente