Una tarde de “concierto”…
El sábado pasado me dediqué a uno de los entretenimientos cada vez más frecuentes en mi vida, el “dolce far niente” en absoluta soledad, entendido esto como el estado de relajación, contemplativo, en el que simplemente hago aquello que me pide el cuerpo y no tengo nadie a mi lado. Como podrás imaginar, querido lector, en estos casos no siempre consigo hacer todo aquello que me gustaría, no por falta de ganas sino por la ausencia de posibilidades, pero si que me permito leer alguna cosa placentera, ver alguna película en la que ganan los buenos de verdad (aunque sea difícil encontrar alguna), y, sobre todo, repasar mi modesta colección de cedés, piratas en su mayoría, seleccionar uno y escucharlo con tranquilidad.
Estaba yo en eso el sábado pasado cuando me topé con un concierto en directo de unos conocidos, llamados “Justo y los Pecadores”. Me permito decir conocidos aunque no tenga el placer de conocer en persona a los “pecadores”, pero si que traté en otra época a Justo, el cantante, con el que compartí alguna aventura en aquellos gloriosos años 80, inolvidable década que su buena música me hizo recordar con una cercanía imposible de explicar a aquellos que no la vivieron.
De golpe me sentí trasladado a otra época, a mi juventud, a unos tiempos en los que cada día representaba una nueva aventura, a momentos en los que no soñabas con el pasado sino que disfrutabas con el presente y te ilusionaba lo que pudiera traer el futuro. Me vi a mi mismo montado en mi añorada Vespa Primavera atacando las Costas de Garraf, me vinieron a la mente grandes recuerdos del servicio militar en Córdoba, que compartí con increíbles amigos del resto de España y un radiocassette estéreo que por lo menos pesaba 3 kilos (Google mediante era exactamente el mismo que el de la imagen que adjunto); recordé grandes conciertos en el insuperable Madrid de los 80, de Alaska, de Nacha Pop, de los Nikis.., eché de menos el “Pippermint” y el “Flores de Mayo”, en resumen, me lo pase pipa. (Esta expresión sonará rara a los jóvenes, pero sinceramente la prefiero al consabido "de puta madre").
Quien me lo iba a decir que un triste sábado se convertiría por la magia de unas buenas combinaciones de Sol, Re y Do, con algún Re7 intercalado, y de unas letras muy en línea con mis recuerdos, en una gloriosa tarde de invierno.Ahora me falta tener algún día la suerte de verlos actuar en directo y agradecerles en persona los buenos ratos que me han hecho pasar.
Gracias Justo, gracias Pecadores.P.D. Como muestra un botón: elige cualquiera de las canciones que puedes escuchar aquí, aunque yo te recomendaría “Bienvenidos al Bar”. http://www.justoylospecadores.com/videos.htm
El sábado pasado me dediqué a uno de los entretenimientos cada vez más frecuentes en mi vida, el “dolce far niente” en absoluta soledad, entendido esto como el estado de relajación, contemplativo, en el que simplemente hago aquello que me pide el cuerpo y no tengo nadie a mi lado. Como podrás imaginar, querido lector, en estos casos no siempre consigo hacer todo aquello que me gustaría, no por falta de ganas sino por la ausencia de posibilidades, pero si que me permito leer alguna cosa placentera, ver alguna película en la que ganan los buenos de verdad (aunque sea difícil encontrar alguna), y, sobre todo, repasar mi modesta colección de cedés, piratas en su mayoría, seleccionar uno y escucharlo con tranquilidad.
Estaba yo en eso el sábado pasado cuando me topé con un concierto en directo de unos conocidos, llamados “Justo y los Pecadores”. Me permito decir conocidos aunque no tenga el placer de conocer en persona a los “pecadores”, pero si que traté en otra época a Justo, el cantante, con el que compartí alguna aventura en aquellos gloriosos años 80, inolvidable década que su buena música me hizo recordar con una cercanía imposible de explicar a aquellos que no la vivieron.
De golpe me sentí trasladado a otra época, a mi juventud, a unos tiempos en los que cada día representaba una nueva aventura, a momentos en los que no soñabas con el pasado sino que disfrutabas con el presente y te ilusionaba lo que pudiera traer el futuro. Me vi a mi mismo montado en mi añorada Vespa Primavera atacando las Costas de Garraf, me vinieron a la mente grandes recuerdos del servicio militar en Córdoba, que compartí con increíbles amigos del resto de España y un radiocassette estéreo que por lo menos pesaba 3 kilos (Google mediante era exactamente el mismo que el de la imagen que adjunto); recordé grandes conciertos en el insuperable Madrid de los 80, de Alaska, de Nacha Pop, de los Nikis.., eché de menos el “Pippermint” y el “Flores de Mayo”, en resumen, me lo pase pipa. (Esta expresión sonará rara a los jóvenes, pero sinceramente la prefiero al consabido "de puta madre").
Quien me lo iba a decir que un triste sábado se convertiría por la magia de unas buenas combinaciones de Sol, Re y Do, con algún Re7 intercalado, y de unas letras muy en línea con mis recuerdos, en una gloriosa tarde de invierno.Ahora me falta tener algún día la suerte de verlos actuar en directo y agradecerles en persona los buenos ratos que me han hecho pasar.
Gracias Justo, gracias Pecadores.P.D. Como muestra un botón: elige cualquiera de las canciones que puedes escuchar aquí, aunque yo te recomendaría “Bienvenidos al Bar”. http://www.justoylospecadores.com/videos.htm
¡¡Muy bueno el artículo!! Si que es verdad que a veces unos recuerdos inesperados te pueden transportar a aquellos maravillosos 80 en que todo nos parecía posible. Que espabile el maestro que lo estás alcanzando, por cierto.
ResponderEliminarBUEN ARTICULO, Y QUE RECUERDOS, NOS TRAEN OTRAS DECADAS, POR LO MENOS A ESTE ESPAÑOL, DE LA MUY ESPAÑOLISIMA REGION DE CATALUÑA,Y QUE YA LLEVA ENCIMA 42 PRIMAVERAS. QUIEN PUDIERA DAR MARCHA ATRAS, Y VOLVER A ESA DECADA, DONDE PARA MI, PERSONALMENTE, ME FORJO, COMO PERSONA, COMO ESPAÑOL Y COMO PATRIOTA.
ResponderEliminarBUEN ARTICULO CAMARADA ERNESTO.
¡¡ADELANTE, ESPAÑOLES, SIN MIEDO A NADA, NI A NADIE, POR LA FÉ Y POR LA PATRIA, LAS BANDERAS EN ALTO.!!
¡¡VIVA CRISTO REY!! ¡¡ARRIBA ESPAÑA!! ¡¡ADELANTE, POR ESPAÑA!!