Creo que me quedan algunos amigos
que votan al Partido Popular, aunque se pueden contar con una mano (y hasta con
alguna falange menos, amputada por un jovenlandés de esos que son igual de
españoles que Abascal, como soltó el holograma Ayuso en una más de sus estelares
patinadas).
Es decir, cuatro gatos.
Y, sinceramente, no lo entiendo,
por muy amigos míos que sean. O bien no saben de qué va todo, no siguen la actividad
política de los populares en España y en Europa, o cierran los ojos y se
aferran a unas siglas de la misma forma que lo hacen los votantes socialistas: con
cabezonería, sin raciocinio, sin análisis y sin comprensión de la gravedad de
la situación, de los peligros que se ciernen sobre nuestra patria y de la
gran estafa que es la inútil derecha española que encarna el PP. Ahora saltará
alguno de ellos y me dirá que les vota en las elecciones nacionales, pero que
en Europa vota a VOX. Pero esto tampoco es un argumento válido: el PP es igual
de culpable que el PSOE de las desgracias que sufrimos, léase nacionalismo,
invasión islámica y africana, corrupción generalizada, inútil burocracia, pérdida
de valores, sumisión a la Agenda 2030, tolerancia y hasta ferviente apoyo a las
demencias de género, destrucción de nuestros sectores básicos, etc. etc. Y si
votas al PP en las elecciones generales, les das poder, les permites manipular
los medios e influir en el electorado con superficiales pero magnificadas acciones
cara a la galería, y con ello ganar también las europeas. Parece que (los
votantes del PP) no quieran ver que su partido y el PSOE votan lo mismo en
Europa en el 90% de los temas, algo demostrable pero siempre ocultado por el
membrillo Feijóo y sus acólitos. Por mucho guateque con DJ que monten cara a la
galería, realmente no luchan contra las políticas del PSOE, compiten
simplemente por sentarse unos años en las mismas sillas. Ese nefasto y mortal
bipartidismo llamado PPSOE.
Y estas votaciones europeas en
las que comparten el sentido del voto, van siempre contra los intereses de
España. SIEMPRE. Porque España no es un país más dentro de la Europa de
burócratas, globalistas, masones, de la maquiavélica industria militar, de la asesina mafia farmacéutica, de las grandes tecnológicas y de las diabólicas demencias e
imposiciones woke: nuestra patria es una colonia de Francia y Alemania, el Hinterland
que siempre han buscado las potencias del norte de Europa: una tierra grande en
extensión, fértil, rica, con recursos naturales sin explotar, con la industria
destrozada, la agricultura restringida, la minería capada y la pesca limitada,
pero sumisa y callada, condenada a servir de almacén de residuos, de libres
parajes para colocar molinos de energía eólica o plantas de energía solar,
simplemente para cumplir las cuotas impuestas por la mafia de Bruselas y su malvada
Agenda, de campo de experimentación genética en plantas y animales, de refugio
para violentos y bárbaros inmigrantes ilegales y de soleado paraje para las segundas residencias de los gerifaltes y potentados, sus partidas de caza y sus convenciones anuales.
Esto no ha cambiado desde 1978,
por mucho que nos vendan de que somos uno más “inter pares”. Paparruchas.
También se lo creyeron en Polonia y en Hungría, y en el momento que se han rebelado
defendiendo sus intereses patrios, han ido a por ellos. A degüello. Aquí en
España aún no lo hemos notado, pero por la única y simple razón de que ningún
gobierno de la “democracia”, ni uno, ha osado rebelarse, levantar la voz
y defender los intereses de los españoles. Ni los gobiernos del PP, ni mucho
menos los del PSOE. Todo lo que se hace en España está supeditado a la previa
autorización de las potencias coloniales y sus burócratas de Bruselas, a su vez
dependientes de los intereses estratégicos de los grandes fondos que manejan el
mundo a su antojo.
Pero las tornas pueden volverse a
nuestro favor, al igual que ha sucedido en otros países europeos, como Italia y
Holanda y próximamente en Francia. En Alemania les costará más, siendo este
país el centro del eje del mal, y donde la AfD está más vigilada que la
residencia de los conseguidores Pedro y Vergoña, ese Palacio de la Moncloa que
ocupan cual reyes totalitarios, riéndose de nosotros mientras roban a destajo
todo lo que pueden, colocan peones en empresas e instituciones clave y (me imagino)
sacan del país incontables fondos en los vuelos no registrados de la flota de
Falcons y Airbuses de “Ego & Bego Airlines”. ¿Cómo se explica si no
que casi todos los vuelos que cruzan al Atlántico hagan escala en la República
Dominicana? Por mucho que Margarita Robles, o Daisy Oaks como la
llama la gran María López-Brea, use este argumento para seguir sin desvelar los
destinos de los vuelos, sus ocupantes y sus objetivos.
Ya ni quiero entrar en la esperpéntica
sesión parlamentaria de ayer, en la continua prevaricación de todos los
ministros, con Glande Marlaska a la cabeza, en los desmanes de la fiscalía, en
la inutilidad de un Tribunal Constitucional en manos del PSOE, en los continuos
pucherazos electorales, en las armas de distracción masiva que son los medios
de comunicación comprados, o en la inacción de nuestro Jefe del Estado y de las
Fuerzas Armadas, que día sí, día también, incumplen sus juramentos y sus obligaciones,
bien definidos en la Constitución.
Una Constitución que no es más
que papel mojado, ya que nadie la cumple.
La única opción que tenemos para
darle la vuelta a la tortilla y asegurar el futuro de España como nación libre,
es echar a toda esta chusma del poder.
Y esto empieza el próximo 9 de
junio con los elecciones europeas.
Lo que importa es España.
Y a España hoy en día no la defienden ni el PSOE ni el PP.
Allá cada uno con su conciencia. Y
con su voto.
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