miércoles, 20 de junio de 2007

11-M ¿Me he perdido algo?

11-M ¿Me he perdido algo?

Una tarde normal. Llego a casa, pongo un poco de música, me deshago de traje y corbata, enciendo la tele y busco algo interesante en la espesa jungla de canales estúpidos que se emiten por estos lares. Aparece el juicio del 11-M y acierto en el tiempo conectando en el momento que un abogado defensor, conocido y hasta amigo de la mayoría de mis conocidos y hasta amigos, presenta su alegato. No puedo jactarme de haber seguido el juicio minuto a minuto, ni siquiera día a día, pero si puedo afirmar que he intentado estar al día leyendo la prensa diaria, comparando versiones de diferentes medios y formando poco a poco mi visión de este oscuro complot, trama y hasta drama.
De entrada ya me parecía muy extraño que este letrado defendiera a la presidenta de la “Asociación de Afectados del 11-M”. Algo raro sucedía. Hace meses que se me hacia difícil ver a una persona antipática, interesada y manipulada como es dicha presidenta, representada por un notable abogado, compañero de correrías de muchos de nosotros en nuestra querida Barcelona, compañero de viaje en nuestros últimos desplazamientos deportivos, y muy cercano a mis conocidos y hasta amigos en ideas y planteamientos políticos.
Pero entre ayer por la tarde y esta mañana en la que he conectado la radio a primera hora, se me ha hundido el barco en el que al parecer estaba navegando por el mar del desconocimiento y la inocencia.
Este letrado niega el trabajo de investigación periodística llevado a cabo en estos últimos años, defiende a capa y espada a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, y acaba soltando la frasecilla “que la oscura visión del pino no impida ver el bosque de la Justicia” , jugando con el apellido de un periodista de todos conocido.
¿Me he perdido algo? ¿Son falsos todos los datos de investigación recopilados durante tanto tiempo? ¿Han sido sinceros los mandos de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del estado en sus declaraciones?
Me contengo en hacer más preguntas. Podría ser ofensivo, podría derribar mis propios mitos y mi admiración por determinadas personas. Podría pensar que la corrupción del estado llega hasta tal punto que enlaza en el tiempo hechos como los protagonizados por el GAL, que tuvieron su lado bueno por imponer justicia y eliminar a bastantes indeseables de la faz de la tierra, con el 11-M, que no tuvo ningún lado bueno sino que ha sido el gran drama nacional de los últimos siglos, cuyos creadores, actores y dóciles y babeantes espectadores van a salir impunes del teatro nacional. Podría pensar que alguien aún debe pagar un tributo al GAL o al GAL 2.0 y con ello a los mandos de los Cuerpos de Seguridad del Estado implicados en este caso tan atroz que es el 11-M y que por ello los defiende a capa y espada.
Pero prefiero no pensar más. Prefiero seguir creyendo en buenos y malos, en príncipes y ladrones. En héroes y villanos. Y no en medias tintas, en cambios de chaqueta, en puros intereses de triunfo personal, en el fin de la sociedad que busca la verdad y en la imposición del poder por el poder, del mal por el mal.
Y por perderme algo, prefiero perderme la realidad de esta sociedad que camina hacia su perdición jugando con los bienes más sagrados, la vida, el honor, la lealtad, la verdad, a un partido de pelota en que el único objetivo parece ser que no pierda nadie y que se olvide pronto. Como el final de la Liga de Fútbol de este año.
Y en ambos casos, con el poder político y mediático insuflando apoyos constantes en el cogote de los protagonistas, obviándose las leyes en un caso y los reglamentos en el apartado deportivo, se conseguirá con una rapidez inusitada el olvido y el silencio. Y no habrá pasado nada. Ni el Barza habrá perdido una Liga, ni en el caso del 11-M habrá habido manipulaciones, mentiras y corruptelas por doquier.¿Me habré perdido algo?

martes, 19 de junio de 2007

Una temporada redonda

Una temporada redonda

Acabo de comentar a una amiga que no veo desde hace más de 16 años que entre en mi blog y me doy cuenta que desde Marzo no he escrito nada. Es realmente imperdonable, teniendo en cuenta el tiempo libre que tengo, el poco deporte que hago y las noches que tiro por la borda viendo pasar el tiempo en la barra de un bar. Pero hoy no va de autocrítica. Hoy estoy feliz. Me he desayunado (que raro suena así, pero es correcto) como siempre leyendo El Mundo, y he tenido el placer de pasar por encima de las caras de los jugadores del Barza destrozados y acabar leyendo a mi admirado Sánchez Dragó comentando la reaparición de José Tomás del domingo pasado en la Monumental de Barcelona. (Lector: si tienes tiempo de pillar el Mundo de hoy, día 19 de Junio de 2007, edición de Barcelona, te recomiendo leer el artículo en cuestión. Está en la página 71). No tuve el placer de asistir a este acontecimiento, y vistas las críticas y los comentarios, me doy cuenta que se me ha vuelto a escapar un momento histórico. Otro más. Creo que esto de perderse cosas importantes nos pasa a todos. No tenemos el don de la omnipresencia, por suerte o por desgracia, y seleccionamos a bote pronto que hacer en cada momento de nuestra vida. Mi elección el domingo fue ir a ver a mi equipo, el Real Club Deportivo Español, como pequeño homenaje a una temporada redonda en todos los sentidos. Como diría mi amigo Sebastián, los que contamos los años por temporadas (o cursos escolares, que viene a ser lo mismo), hemos disfrutado de lo lindo. Hemos derrotado al Barza, ese equipo del que dicen que es catalán pero que no representa más que a una minoría atontada y manipulada de la sociedad catalana, hemos visto ganar la liga al Madrid (¡Hala Madrid!), hemos viajado por Europa y hemos llegado a la final de la UEFA con un señorío que nos honra, y, finalmente, como ciudad, hemos podido albergar uno de los hitos de la historia del toreo reciente. Claro que puestos a pedir la temporada aún podría haber sido mejor: podría haberse hecho justicia en el caso del 11-M, podrían desaparecer la ETA y ANV, Zapatero, sus ministros incultos y algún adlátere más, podría ver a alguien enamorarse de mí, podrían no existir las enfermedades, las injusticias, podría tocarme la lotería, podría publicar un libro y tener éxito, podría…Tantas cosas. Pero, insisto, la temporada ha estado muy bien, Espero que la vida me permita disfrutar de otras temporadas como esta, o, ya puestos, mucho mejores. Y, copiando literalmente a Sánchez Dragó: España, ¡carajo!, y ya está.