Todos sabemos que la verdad absoluta existe, pero que cada uno la interpreta, manipula, deforma o cambia a su antojo. Un hecho es un hecho, inamovible, eterno, pero a partir de aquí cada persona, cada colectivo, cada historiador, y sobre todo cada partido o grupo de presión, se recrea girando la tortilla hacia el lado que más le conviene en ese momento. Y tampoco lo hace de forma definitiva, sino que va adaptando el cuento a las circunstancias, intentando sacarle todo el jugo posible.
No hay que rascar mucho para encontrar ejemplos que claman al cielo, basta con abrir cualquier diario, leer aleatoriamente una página web o aguantar alguno de los burdos y simplistas programas de televisión de máxima audiencia (lo de máxima sí que es preocupante), pero en estos últimos días hemos visto unos cuantos ejemplos que sinceramente son inaguantables.
Una de historia e ingleses: Como algunos (o muchos) sabréis el mítico Almirante D. Blas de Lezo y Olavarrieta, ilustre y victorioso marinero español, de las vascongadas, en concreto de Pasajes, ahora Pasaia, también llamado “Medio Hombre”, defendió Cartagena de Indias con solamente 3.000 hombres entre tropa regular, milicianos, 600 indios flecheros traídos del interior más la marinería y tropa de desembarco de los seis únicos navíos de guerra de los que disponía la ciudad, frente a 2.000 cañones dispuestos en 186 barcos bajo el mando del almirante Sir Edward Vernon con 23.600 combatientes entre marinos, soldados y esclavos negros macheteros de Jamaica y alguna tropa más. Pues el hecho fue que ganó Blas, venció España, y que el engreído almirante inglés tuvo que irse con el rabo entre las piernas. Eso sí, el pérfido inglés acuñó unas monedas conmemorativas de su “victoria”, en las que se podía ver a Blas de Lezo arrodillado dándole la mano en señal de entrega. Y así consta en los libros de historia de los ingleses. Pues Blas de Lezo ni se pudo arrodillar, ya que le faltaba una pierna, ni le pudo dar la mano, ya que también le había quedado inutilizada por heridas en anteriores contiendas , ni fue derrotado, ya que ganó la batalla con todos los honores, muriendo poco después a causa de las nuevas heridas sufridas. (lo anterior es un pequeño resumen de un brillante artículo de Arturo Pérez-Reverte en el XLSemanal del pasado domingo).
Una de separatistas y geografía: Como habréis podido leer en algunos medios de comunicación, el programa de TV3, la seva, “Temps d’Aventura”, ha puesto en marcha una acción que consiste en culminar los 25 picos catalanes del Pirineo más emblemáticos para conmemorar su politizada ascensión al Everest realizada hace 25 años. Pues ahora resulta que 2 de los picos que se van escalar, el Aneto, con sus 3.404 metros de altitud y el Vallibierna (3.056), que traducen a Vallhibierna, son aragoneses. Un pequeño “error”. Destapada esta mentira por el Heraldo de Aragón han corrido en cambiar el subtítulo del programa, añadiendo “i el Pirineu” al original, que se llamaba “Puja amb nosaltres un dels 25 principals cims de Catalunya”.
Una de guionistas de televisión: Bastantes de vosotros recordaréis la genial serie inglesa Fawlty Towers, Hotel Fawlty, hilarante comedia dirigida e interpretada por John Cleese, de los Monty Python. En este serial uno de los personajes principales es Manuel, el camarero del hotel, torpe, primitivo, corto y (en el original) de Barcelona. Pues en la versión que se emitió en Cataluña, por acomplejada y necia decisión de algún gerifalte o comisario político nacionalista, Manuel se convirtió por arte de magia en mexicano. Y para no ser menos, en la versión en castellano, desconozco que televisión autonómica la tradujo, lo convirtieron directamente en italiano. Penoso.
Y finalmente, una de fútbol: Estos ejemplos son similares al delito que perpetra la directiva del Español, partido tras partido, en lo que hace referencia a nosotros, los seguidores de nuestro histórico y amado Real Club Deportivo Español: ocultan nuestras banderas de España, silencian nuestros cánticos, nos impiden agruparnos o renovar, en definitiva, nos persiguen hasta la extenuación para vender una historia falsa, un nacionalismo catalán inexistente en nuestras filas, manipulado todo por sus propios intereses, que son egoístas, puramente económicos, rastreros y que tienen poco que ver con el espíritu familiar, deportivo, catalán y español que siempre ha reinado en nuestro Club.
Lo que decía: la verdad es de cada uno, qué fácil es mentir.
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