jueves, 16 de junio de 2011

Vaya mierda de siglo XXI

Con cada día que pasa se confirma más la frase que solemos soltar a menudo en nuestras tertulias de barra, ante pinchos de tortilla y las cañas de rigor. “Ojalá hubiera nacido en otra época”. Nuestros sueños de gloria, de impartir justicia, de luchar por una causa noble, de defender valores superiores, de conseguir la justicia social o de simplemente proteger a la doncella vilipendiada, nunca nos han abandonado.

Cual Peter Pan en el país de Nunca Jamás, nos negamos a madurar y seguimos impertérritos con nuestros sueños juveniles. Sentimos en nuestro profundo interior que estamos llamados a desempeñar una tarea más alta y bastante más enriquecedora que el simple envejecer, viendo pasar las facturas, las cuotas de la hipoteca, las ligas del sempiterno Bar$a, la anual y veraniega reposición de Verano Azul, la canción del verano de Georgie Dann, los amores fallidos y la muerte de los familiares que nos preceden (en el mejor de los casos).

No queremos despertar y darnos de bruces con una realidad que hace tiempo dejó atrás cualquier atisbo de idealismo y que simplemente se mantiene en pie gracias a la maraña de intereses económicos de unos pocos y las subestructuras sociales y políticas creadas a su alrededor para mantener al antaño ciudadano libre, ahora llamado ya genéricamente en el mundo empresarial FTE (Full Time Equivalent), dominado y endeudado, por la tanto, esclavizado.

Esclavizados hasta el punto de no poder defender nuestro honor.

Dominados por la errónea o desvirtuada aplicación de las leyes de tal forma que los culpables se tornan inocentes;
  • de que tengan más derechos cuatro okupas antisistema que los ciudadanos de a pie o las fuerzas del orden;
  • de que reciba más prebendas cualquier “pobre” y “perseguido” inmigrante de dudoso pasado que un súbdito de su cada vez menos graciosa majestad el Rey de España con 25 años de cotización a la Seguridad Social;
  • de que un voto de catalanes, vascos o gallegos tenga más peso que la opinión de los habitantes de, por ejemplo, Extremadura, tierra noble y cuna de conquistadores;
  • de que los medios públicos y aquellos afines a sus intereses sectarios puedan disfrutar de ventajas fiscales, contables y legales de por vida, pudiendo estar en quiebra y seguir pagando altos sueldos a sus directivos, mientras que los medios de comunicación independientes son perseguidos hasta hacerlos desfallecer, dejando con ello el campo abierto a la manipulación absoluta por parte del poder.
¿Dónde están las épocas de las presuras, en las que por el simple hecho de poder trabajar la porción de tierra que marcaras obtenías su propiedad, y con ello la protección de la Iglesia y del noble del lugar?
¿Dónde la tradición visigoda mantenida luego por los reyes astures de poder elegir al siguiente Rey, sin que se le otorgue ese privilegio por el simple derecho de sangre?
¿Dónde habitan las Órdenes Militares a las que apuntarnos para defender nuestra fe frente a los infieles que nos invaden (y que obtienen terrenos municipales para sus mezquitas mientras nuestras iglesias son atacadas)?
¿Dónde está el glorioso ejército español con su leva obligatoria y su juramento a la Bandera, que por lo menos nos permitía sentirnos defensores de algo y de alguien durante 12 o 15 meses?

¿Dónde montan guardia los honorables Guardias Civiles con sus históricos tricornios,  que cumpliendo con su juramento de lealtad por lo menos tenían los arrestos para levantarse de tanto en tanto intentando ser fieles a la palabra dada en defensa de su patria España?

¿Y finalmente, dónde están los políticos idealistas que realmente se apuntan a un partido con vistas a darlo todo por la sociedad a la que quieren representar, incluyendo el propio sacrificio?

Fácil respuesta: ya no existen. Ninguna de las figuras antes mencionadas habita ya entre nosotros. Son recuerdos de un pasado, de otros siglos, que por desgracia no nos vieron nacer. A nosotros nos tocó el siglo XXI. Vaya mierda de siglo.

2 comentarios:

  1. Como el final del replicante en Blade Runner: "... todo esto se perderá en el tiempo... como lágrimas en la lluvia. Hora de morir". Es una escena que vuelve a mi cabeza cada vez que pienso precisamente en cosas como las que has escrito. Me siento un auténtico indignado, no como algunos supuestos, por tantas cosas que no he llegado a ver ni a vivir, y que admiro, y me gustaría que viviera mi sociedad y mis hijos - si puedo tenerlos algún día, a este pa$$$o...
    Pero cuando el primer atisbo de desilusión aparece, en seguida las defensas "fascistas" de mi cuerpo saltan, y suben a la cabeza para decirme "tiempos difíciles, muchos enemigos, demasiados problemas: mucho Honor, mayor Gloria". Y así es: los que intentamos cambiar la sociedad y el mundo, llevarla por el camino que creemos justo, solidario, camino de orgullo por ser lo que fuimos, somos y seremos, los que intentamos todo esto no podemos hacer otra cosa que pensar que hace muchos años también habían dificultades y peligros, pero que al final la Historia nos enseña que todo es cíclico, y que el momento del cambio para que la Verdad triunfe llegará. Nuestro deber es estar ahí, en guardia y vigilantes, en pleno servicio a la Idea, y ser la vanguardia y primera línea de ese cambio.
    No acepto un "es imposible" por respuesta. Solamente acepto un "dónde tengo que ir para empezar".
    Un abrazo Ernesto.

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  2. apijotaodigital10:41 p. m.

    Si, el siglo 21 aparenta ser una mierda pinchada en un palo, todo dios agilipollado con android, windows 8, burger king y la madre que parió a todo el capitalismo de gilipollas en el que vivimos, pero nos queda la esperanza de que ahora las ostias las vamos a repartir nosotros a la casta.

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