martes, 24 de enero de 2023

La guerra cultural del PP

 Si atacas al león que te defiende de las hienas, tendrás dos enemigos.

El león y las hienas.

 


Ordena el cacique gallego Nuñez-Feijóo, amante de las taifas, la Agenda 2030, las prohibiciones, los encierros, las multas y abierto a la colaboración con todo aquel que busca la destrucción de España, la “guerra cultural” contra VOX. Si si, contra VOX. Aunque suene a chiste. Una guerra nada santa pero muy, muy ridícula, encima perdida de antemano. Y en su altanería clasista y hasta racista, en línea con su época de autonombrado sucesor de Breogán en tierras gallegas, no se limita a anunciar una simple batalla, no, nada de batallitas: exige y ordena la guerra total. Como si fuera un general con mando en plaza arropado por un valiente ejercito preparado, bien avituallado y dispuesto a luchar hasta la muerte. Algo así como la bandera de la Legión “Comandante Franco” pero al son de chirriantes gaitas. Anda ya.
Y encima no inicia un guerra contra los enemigos de España. Algo que nos debería tener preocupados a todos, en especial a los ilusos votantes del PP.  Su guerra es contra los españoles. Contra una amplia mayoría de ellos.
Pero gracias a Dios se trata de una guerra perdida antes de iniciarse.  Porque esto no es como la heroica gesta de los argentinos frente al poder del Reino Unido en la guerra de las Malvinas en 1982. En este batalla cultural no habrá bombas de la (PP)RAF ni cañón del destructor (PP)Exeter capitaneado por la comandante Cuca, que nos puedan aniquilar.


Y, por cierto, en esa guerra de las islas Malvinas no estoy muy seguro de qué bando hubieran estado los intelectuales de la calle Génova. Bueno, sí que lo sé.

¿Qué figuras preclaras y preparadas van a liderar esta guerra cultural? Porque todos sabemos que el fondo de armario intelectual que le queda al PP es más limitado que el vestuario del ermitaño de la “Vida de Brian”.

¿Van a acabar con VOX los discursos del ventrílocuo Miguel Angel Rodriguez mientras la muñeca Ayuso mueve los labios de forma sensual y guiña el ojo a diestro y siniestro?

¿Lucharán en primera fila contra los preparados y en muchos casos brillantes líderes de VOX los suboficiales Almeida, Semper o Beatriz Fanjul, con su conocido y “amplio bagaje cultural”?

¿Serán los mercenarios del grupo Wagner español, léase los restos del naufragio de Ciudadanos, Villacís y Arrimadas, las armas secretas que se enfrenten intelectualmente a VOX en un debate público?

¿Bastarán las bien subvencionadas letanías de Jiménez Losantos y las caras homilías de Carlos Herrera para vencer culturalmente a VOX? Un Jiménez Losantos, el Rumpelstilzchen de Teruel, que tiene un mal envejecer inaguantable, como ya dije hace poco en Twitter.  Sus insultos esta mañana (24/2/23) a Jorge Buxadé son intolerables y se mueven entre la envidia, la rabieta y el desconocimiento de la historia de la Falange. En fin, ya sabemos lo insoportables que se ponen algunas personas seniles.

No sé yo. Viendo el ejército al que se va a enfrentar VOX, a su falta de oficiales capacitados y la decadencia de sus decrépitos comunicadores mediáticos, más que una batalla podría ser la escabechina definitiva, un “Desastre de Annual” en el ámbito de las ideas.

Pues si quieren guerra, adelante.

Los votos de los ciudadanos ya confirmarán quien ha sido el vencedor. Aunque por desgracia al final se impongan los pactos rastreros de Feijóo con el PSOE, el habitual y pactado reparto de sillones, regiones, ayuntamientos e instituciones, mientras la voluntad de la España real languidece por culpa del desgobierno de unos y la “desoposición” de otros (léase apoyo).

Lo que pasa en el fondo es que el blando y cobarde Feijóo no se atreve a combatir (o no quiere) a los verdaderos enemigos de nuestra nación. Y por algo será, digo yo. Igual porque no los considera sus enemigos.

¿No será que comparte más ideas y propósitos con el PSOE, los separatistas y los filoterroristas que con VOX? ¿Le importan de verdad la unidad de España, la independencia del poder judicial, el cumplimiento de las leyes y el respeto a la Constitución?

Yo diría que no. Y como yo, gran parte de los cientos de miles de personas que abarrotaron Cibeles el pasado 21 de enero. Treinta y un mil ultras según la delegación del Gobierno en Madrid.
Feijóo elige, en línea con su flemática y triste existencia, el camino fácil, la opción rastrera, el pacto traidor a espaldas del pueblo español, una elección que no es ni más ni menos el reparto del poder con el PSOE, como han venido haciendo en los últimos decenios, obviando e ignorando los deseos reales de la sociedad y las necesidades y los verdaderos intereses de España, ignorando de facto los deseos de muchos de sus actuales votantes. Como los últimos emperadores romanos que optaron pactar con los godos, para que estos al final les apuñalaran por la espalda. Y feneciera Roma.
Es el lógico resultado de equivocarte de enemigo. Y de amigo. La traición tiene su precio.


Porque para luchar contra el frente popular del demente presidente Sánchez, para emprender una acción de verdadera envergadura, una batalla contra todos y contra todo, con todas las trincheras (léase instituciones oficiales) tomadas por el enemigo, con el cuarto poder, los medios de comunicación, en las sucias y manipuladoras manos del gobierno gracias a inmensos y nunca vistos sobornos en forma de publicidad institucional, con los intelectuales verdaderamente capacitados ajenos y distanciados desde hace tiempo del  vuelo errante de la descarriada gaviota, y con los soldados de vanguardia, el pueblo, hartos de las mentiras y los pactos del duopolio PPPSOE, que en los últimos 40 años han hecho y deshecho todo lo que han querido cogiditos de la mano cual ositos amorosos; es decir, para poder emprender una campaña de esta enjundia hace falta un ejército capacitado, fuerte y unido, algo de lo que carece el Partido Popular (siempre me preguntaré por el significado y sentido de “popular” en su nombre).

El PP carece de valor, de apoyo social real y sobre todo de armas, en este caso de capacidad intelectual. Como si Napoleón o Hitler se hubieran planteado llegar a Moscú en bicicleta, sin víveres y avanzando solamente de 10 a 12 de la mañana, para descansar en sus laureles por las tardes mientras meditan en sus cómodos tresillos en la vetusta guarida de la calle Génova.

Por ello prefiere traicionar a los suyos e ir a por VOX. Y con ello el Partido Popular traiciona a España.

Pero ahí estaremos, mientras ellos negocian el fin de nuestra historia con los enemigos de España, nosotros ganaremos esta nueva guerra cultural.

A los otros, los limitados intelectualmente que nos gobiernan, ya se la hemos ganado. Y sin disparar un solo tiro. Ni volcar un contenedor. Ni rodeando el Congreso. Ni tirando de decretos ley. Ni agrediendo a nadie. Ni mintiendo.

Imaginad esta segunda batallita: durará menos que la toma del islote de Perejil. Un pispás.

El dato siempre vence al relato. Es decir, triunfa la verdad.


Ilustraciones gentileza del artista Mr. Jones ©

 

3 comentarios:

  1. Excelente, como siempre. Pero me vas a permitir una crítica en lo del fondo, como no podría ser de otra manera.
    Creo que se te olvidan un par de detalles: dices que el PP no tiene el apoyo popular y niegas legitimidad al principal Partido de España. No sé, pero yo creo que es excesivo, si no la tiene el PP, quién la tiene?... O, sobre todo, quién la mide y cómo?
    Por otro lado, me gustaría saber a qué aspira la Derecha... O, mejor, cual serían sus prioridades?... que no gobierne la Izquierda en un pacto entre la Derecha conservadora y la Derecha liberal o, simplemente, se pretende como único objetivo derrotar a la Derecha liberal? ... muchas veces parece que España importa menos que el Partido y solo se pretende sacar pecho por algún tipo de rencor que roza lo personal.

    ResponderEliminar
  2. La verdad... a mi esto de las batallas culturales en una Democracia liberal... me suena a vendedores de crecepelo tratando de tomármelo.

    ResponderEliminar
  3. Anónimo2:08 p. m.

    Magnífico y demoledor artículo.

    ResponderEliminar