Al entrar hoy en mi oficina a las
ocho de la mañana, después de una noche electoral diferente, en la que por
primera vez en muchos años tenía verdadero interés en conocer los resultados,
ya sabía lo que me esperaba. Sonrisas cómplices de algún compañero y caras
largas de muchos otros. Por aquello de que muchos me tienen catalogado como “facha” (¿por qué será). Algo que por cierto hace años que me la trae al pairo, más aún cuando los que lo piensan se cierran en banda ante
cualquier diálogo serio, argumentado, que sirva para explicarles que no somos
demonios, ni nos comemos a los niños recién nacidos (eso lo hacen ellos
tolerando y promocionando el aborto), ni apaleamos a los inmigrantes, ni odiamos
a nadie.
Ellos a lo suyo, erre que erre,
siguiendo los dictados del mainstream, de los medios "progres" y del lavado de
cerebro al que les han sometido durante tantos años: cualquier cosa que no sea “progre”,
que no se precie de ser de izquierdas, representa el mal. La democracia para
ellos se limita a aquellos que piensan (si es que tienen esa capacidad) tal como dicta
su histórica arrogancia y su complejo de superioridad.
Allá ellos, sigan pues viviendo
acongojados en su ignorancia, odiando sin un ápice de razón ni base histórica, apoyando
ideas retrógradas, fracasadas, injustas y malas, como han sido y siguen siendo el
socialismo, el comunismo y todas sus variantes. Solamente hace falta echar una
mirada a como “celebraron” o citaron los medios progres las celebraciones del 30
aniversario de la caída del Muro de Berlín, para darse cuenta de su carencia de cultura,
de un mínimo conocimiento histórico y de sensatez: ni una palabra sobre el
origen del Muro, la maldad del sistema socialista/comunista que lo levantó y la
libertad que se consiguió para la Humanidad gracias a su derribo. Confundiendo
churras con merinas. Al estilo Adriana Lastra y demás borregos.
Lo mismo que les pasa ahora ante
los resultados de las elecciones. La campaña de acoso y derribo, de
paparruchas, de manipulaciones, de rebuscar en el pasado de todos y cada uno de
los nuevos diputados de VOX, de invenciones, de insultos, de manifestaciones,
de escraches, se prevé terrible. Y continuada. Ya se ha vivido antes en los
demás países de Europa: teniendo el entorno izquierdista y falsamente llamado
progresista el dominio absoluto de los medios de comunicación, el ataque
continuado contra cualquier opción patriótica, sensata y cristiana, basada en
valores superiores, en la unidad, el esfuerzo, el trabajo, la familia y la
justicia social real está garantizado, y será vilipendiada, ultrajada, insultada y perseguida
desde el minuto uno. Es decir, desde ahora mismo.
Por eso he titulado este artículo
“la verdadera lucha empieza hoy”. Porque tengo muy claro por donde van a
ir los tiros. Y esperemos que se quede todo en “tiros” virtuales. Porque de
esta gente poco te puedes fiar, son socios políticos de terroristas y golpistas
separatistas. Y de esa relación interesada con los malvados a pegar tiros en la
nuca hay un pequeño paso. Ya lo hemos vivido en otras épocas. Oscuras.
Ahora a por lo bueno. A felicitar
de todo corazón a mis amigos, mis camaradas, que después de una travesía en
algunos casos de más de 40 años luchando por España (como bien dijo ayer Juan
Ricart en nuestra tertulia, ahora por desgracia convertida en un grupo de Whatsapp
sin picoteo ni vino español) y defendiendo unos ideales con los que me
identifico plenamente, han llegado al Congreso de los Diputados y antes al
Parlamento Europeo. ¡Chapó por vosotros!
No hablo de extraños, ni de conocidos
de bar, fiesta o guateque. Hablo de personas ejemplares, de luchadores, que
desde mi ya lejana juventud han estado ahí, estudiando, trabajando, avanzando, triunfando,
dando ejemplo a todos nosotros. Y no son lisonjas gratuitas. Son sentimientos
que me salen de dentro, que me reafirman en mis creencias, realidades que me
enorgullecen.
Poder comentar con la cabeza alta
y una sonrisa de oreja a oreja que conozco a eurodiputados y diputados, que me
precio de ser su amigo, no tiene precio. Más bien es un gran placer. Y sobre
todo un honor.
Sabemos bien que en todos lados
cuecen habas, que no es oro todo lo que reluce, que siempre habrá que separar
el trigo de la cizaña. Tampoco es nada nuevo. Al caballo ganador, sabiendo como
ha acabado la carrera, apostaría hasta el mayor ignorante. Y habrá intentos de
infiltración, largas colas para chupar del bote, conocidos olvidados que llamarán
a la puerta, oportunistas de tres al cuarto que pretenderán sacar tajada de los
resultados electorales. Como en todos los partidos, agrupaciones, grupos de
amigos y clubes sociales.
Pero conociendo a las personas que
conforman la dirección de VOX, por lo menos a una buena parte de ellas, no
tengo ninguna duda de que sabrán estar a la altura, y que gracias a ellos hemos
dado un paso más en pos de esa España grande, libre, justa y eterna que siempre
hemos soñado.
Y que nos representarán con la
misma nobleza, la misma sinceridad y el mismo esfuerzo que han demostrado en
los últimos decenios en los que hemos compartido ideales, luchas, ilusiones, decepciones,
victorias y derrotas.
La verdadera lucha empieza hoy.
Pero partimos con una gran
ventaja: estamos en buenas manos. Muy buenas.
Felicidades, Jorge, Juanjo, Juan
Carlos, Gerardo, Joan, Jordi, Nacho, Lola, Agustín, Paqui, Amanda, José Manuel, Miguel Ángel y todos los demás que habéis
contribuido con vuestra incansable lucha a que el sol vuelva a brillar en la
piel de toro.
Quien esperar puede, alcanza lo que quiere.
No hay comentarios:
Publicar un comentario